CLG dialogó con el infectólogo Antonio Montero luego de que miles de rosarinos se acercaran al Monumento tras la consagración de la selección en la Copa América
Los festejos del sábado luego de que la selección de fútbol se hiciera con la Copa América encendieron las alarmas epidemiológicas. Una enorme cantidad de personas se congregó en distintos puntos del país para celebrar. En Rosario, el punto de encuentro fue un Monumento que se vio colmado de hinchas. CLG dialogó con Antonio Montero, médico infectólogo del Centro de Medicina Tropical y Enfermedades Infecciosas Emergentes de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNR, al respecto.
«De acá a unos días veremos el efecto de los festejos del sábado, seguramente va a haber un aumento del número de casos», dijo para comenzar. Además, detalló: «Son unos cuatro días de incubación de los que estuvieron festejando y otros cuatro o cinco para desarrollar completamente la enfermedad y contagiar a otros. Por lo que en dos semanas más o menos vamos a tener un panorama del impacto epidemiológico de esta locura».
Montero fue muy crítico: «Las autoridades o no lo vieron venir o dijeron: ‘Bueno'». «Nuestras autoridades están gestionando el ritmo de la pandemia, más que combatiéndola. No están tratando de eliminar los casos o la enfermedad, están tratando de ganar tiempo para la vacunación sin destruir la economía. Se pueden hacer muchas cosas y esta es la que han elegido», analizó. Y agregó: «Entonces se toleran ciertas conductas que no deberían tolerarse, como la muchedumbre que fue el Monumento o el Obelisco. Todavía estamos en un número de casos muy elevado como para tomarnos licencias con este tema».
Sobre la situación epidemiológica, aseguró que «ha venido mejorando despacio en la provincia». «Rosario de haber tenido un pico de casi 800 casos diarios, en los últimos días estuvo alrededor de los 400. De todas maneras, hay que tomarlo con pinzas porque en los fines de semana baja el número de nuevos casos», aclaró.
En cuanto a Argentina, indicó: «Es el 10º país del mundo con mayor impacto, de casi 20 mil casos diarios nuevos ha bajado a más de la mitad. Seguramente esto también tenga que ver con la campaña de vacunación y con el número de gente que ya se ha contagiado. En conjunto, suman una parte significativa de la población que queda inmune».
El infectólogo destacó el valor de la vacunación, sobre todo de los jóvenes: «Es muy importante porque son los recalcitrantes, los que no atienden ninguna recomendación». «No quiero parecer anti joven, pero uno ve en la calle que son los que andan sin barbijo o se amontonan. Esa población es el reservorio del virus en este momento», manifestó.
De todas maneras, remarcó: «Hay que tener presente que las epidemias son muy dinámicas y todo puede cambiar de un momento a otro por una razón muy simple: el virus necesita sobrevivir. Y una vez que ingresa al cuerpo de una persona está muerto, ya sea porque la persona fallece o porque la persona se recupera y el sistema inmune lo mata. Para el virus es cuestión de vida o muerte reproducirse y contagiar».
En esa línea, se refirió a las variantes y explicó: «Es parte de la evolución natural de los virus que vayan mutando un poco». «Este es un virus poco mutante, mutante es el de la gripe, que hay prácticamente dos diferentes todos los años, uno por cada hemisferio», añadió.
«Argentina estaba colonizado en su inmensa mayoría por la variante Alfa y ha habido un puñadito de casos de la variante Delta que como es tan contagiosa es posible que termine siendo prevalente», aseveró. Y continuó: «Los que son más contagiosos terminan desplazando a los otros». Aunque, señaló: «La mortalidad es la misma, hay más muertes porque hay más casos, pero no porque una variante causa una enfermedad más grave».
Por último, explicó: «El negocio del virus no es matar mucha gente rápido porque se perjudicaría solo, el negocio es perdurar mucho tiempo, hacer cuadros clínicos más largos para que la persona tenga más tiempo de contagiarse y ser menos mortal para no perder clientes». «Es lo que ocurre con muchas variantes virales que terminan benevolizándose, eso les permite sobrevivir con mayor tranquilidad. El ejemplo son los otros coronavirus humanos, hay siete que afectan a la especie humana, los primeros seis son los del resfrío común», cerró.