Se trata de Luis Alberto Sosa, quien fue encontrado el jueves por la mañana colgado con una tela enrroscada en su cuello. En 2019 fue condenado por matar a puñaladas y con un martillo a su pareja
Se trata de Luis Alberto Sosa, quien fue encontrado el jueves por la mañana colgado con una tela enrroscada en su cuello. En 2019 fue condenado por matar a puñaladas y con un martillo a su pareja
Un hombre que mató a su pareja en enero del 2019 murió este viernes en un hospital luego de intentar suicidarse ayer en la celda del Centro de Alojamiento Permanente Almafuerte II. Había sido condenado a prisión perpetua en Mendoza por el femicidio de su pareja, a quien asesinó a puñaladas y a golpes con un martillo.
Se trata de Luis Alberto Sosa (60), quien fue encontrado ayer por la mañana colgado de una de las repisas de la celda que habitaba, con una tela enrroscada en su cuello.
Al percatarse de la situación, otros internos del recientemente inaugurado Centro de Alojamiento Permanente Almafuerte II mendocino dieron rápido aviso al personal penitenciario, quienes con la ayuda de un enfermero de la cárcel reanimaron a Sosa, quien fue trasladado de urgencia al hospital Central, donde quedó internado en terapia intensiva y falleció esta mañana producto de un paro cardiorrespiratorio.
Sosa cumplía una condena por el delito de homicidio agravado por el vínculo y por mediar violencia de género en perjuicio de su esposa, Liliana Ramona Olguín (49), y llevaba hasta el momento un tiempo de detención de un año y diez días.
El crimen de Olguín ocurrió la noche del 20 de enero del año pasado, en la que casa que habitaba junto a Sosa y sus cinco hijos en la calle Tres de febrero 870 del barrio Espejo de El Plumerillo, en el departamento Las Heras.
Sosa asesinó a su esposa de 30 puñaladas y varios golpes efectuados con un martillo, tras lo cual intentó escapar de la vivienda en su camioneta Susuki Vitara, pero fue detenido a las pocas horas en la ruta 52, camino a Villavicencio.
En agosto del año pasado se pactó un juicio abreviado entre el defensor Martín Vergara y la fiscal de Homicidios Claudia Ríos, donde el femicida reconoció el hecho y evitó la exposición pública que supone el juicio por jurados, por lo que el juez del Tribunal Penal Colegiado 2, Ariel Spektor, lo condenó a prisión perpetua.