Espectáculos

Fantasía y humor negro para una chica no tan invisible


Este jueves se estrena "Una mujer invisible" y su director habla con CLG acerca de esta comedia negra

Por Mario Luzuriaga

Este jueves se estrena en la plataforma Cine.Ar «Una chica invisible», de Francisco Bendomir.

Una comedia negra con tintes fántasticos que narra la historia de un hacker a sueldo instala cámaras ocultas en el departamento de una actriz que decide suicidarse al descubrir que la peor audición de su vida se viralizó en YouTube.

Bendomir dialogó con CLG acerca de su filme.

—¿Cómo se te ocurrió la idea de hacer esta película?

—Sería difícil señalarte un momento en el que me cayó la idea de la película. La realidad es que vengo trabajando con estos temas y este tipo de personajes desde hace años, nunca en un largometraje, pero sí en cuentos y en cortometrajes. En principio se me ocurrió hacer una película sobre un tipo que le pone cámaras en la casa a una tipa y a partir de ahí empecé a sumar personajes, subtramas y otros elementos.

—¿Fue difícil mezclar el mundo de la fantasía, el humor y la intromisión en la vida privada?

—Para mí es fácil mezclar todo porque así es como está todo: mezclado. Creo que todo va con todo y que todo está relacionado. Pienso que cualquier cosa puede causarnos gracia, tristeza y euforia en simultáneo. Creo que está bien reirse cuando se murió la abuela y llorar porque se cortó el wifi. El concepto de “fantasía”, por otro lado, me cuesta terminar de entenderlo. ¿Qué vendría a ser fantasía y qué no? ¿Jesús es fantasía? ¿El horóscopo? ¿El Nuevo Orden Mundial? Cuando era chico yo creía en Jesús y también creía en Hogwarts y esperaba que me llegara mi carta de admisión a la escuela de magia y hechicería. Para mí eso era real.

—¿Crees que le diste estos toques más “fantásticos” para salir de la clásica comedia dramática de situaciones?

—Nunca traté, al menos no conscientemente, de seguir ninguna fórmula. Fui escribiendo cada escena con el tono que sentía que funcionaba mejor: drama, comedia, fantasía, suspenso… ¿qué sé yo? Para mí está bueno que haya todo: menta granizada y pizza con ananá.

—¿Qué es lo que más te conmueve de tu película?

—La última conversación entre la nena y su padre en el auto me conmueve más que las otras tal vez porque es un poco autobiográfica y porque Lola Ahumada y Javier de Pietro transmiten ese momento con absoluta honestidad. De alguna manera, la relación que tenía con mi mamá a los 11 años era bastante parecida a la que esa nena tiene con su padre. Mamá estaba sobrepasada y estaba sola y yo era el alumno más problemático del colegio. Pero nos queríamos y éramos amigos y nos reconocíamos en los deseos, en el humor y en la mirada.