Política y Economía

Facundo Manes: «La grieta nos idiotiza y nos empobrece sin pausa»


El neurocientífico argentino y otras personalidades destacadas advirtieron sobre los efectos de la confrontación política encarnizada. El macrismo y el kirchnerismo volvieron a declararse la guerra en el afán por someter al otro

Ocho meses después de llegar al poder, el presidente Alberto Fernández se enfrenta a las fuerzas de la grieta que volvieron a declararse la guerra en el afán por someter al otro. Y hoy hay varios campos principales donde se da esta batalla, el primero es la justicia. Acá la pelea es causa contra causa, presos contra presos. Cristina y su familia contra Macri y la suya, es la caricaturización de la justicia como forma de alcanzar un eventual armisticio que deje en libertad a todos o a casi todos.

Sin embargo, la que pierde siempre es Argentina, y así lo entendieron Facundo Manes y otras personalidades destacadas del país, quienes advirtieron sobre los efectos de la confrontación política encarnizada. «La grieta nos idiotiza y nos empobrece sin pausa», indicó el reconocido neurocientífico. Y agregó: «Cada día que pasamos enceguecidos en esta lucha de bandos, rifamos un poco más nuestro futuro».

Es que el contexto nacional no admite más este tipo de comportamientos. La gente está harta de los pases de factura y lo único que espera de la política son soluciones. «La pérdida de vidas, producción y empleo por la crisis sanitaria sobra para alterar la tranquilidad de los argentinos. Es irresponsable, entonces, que los dos polos de la grieta tensen posiciones por especulación política. Así no se construye nada», analizó a su turno el dirigente político Roberto Lavagna.

Incluso, el ex presidente Eduardo Duhalde, quien afirmó el lunes por la noche en un programa televisivo que «es ridículo que piensen que el año que viene va a haber elecciones», habló en diálogo con el periodista Nelson Castro sobre la necesidad de terminar con las peleas inconducentes. «Si no nos amigamos los argentinos y seguimos considerando un enemigo a quien piensa distinto, la cosa se va a poner cada vez más difícil”, alertó.

En cualquier caso, y más allá de cualquier evaluación personal, la pregunta es si Alberto Fernández podrá seguir surfeando, como hasta ahora, entre su frente interno y la necesidad de ponerle fin a la grieta. Es cierto que no es sencillo llevar adelante una política concreta antigrieta, pero más complejo le será llevar adelante transformaciones profundas y generar la imprescindible confianza económica si sigue dejando que las fuerzas del odio resuelvan ese conflicto por las suyas.

Si eso sucede, el destino del país será ninguno.