El estudio sostiene que los restos óseos "no presentaban lesiones vitales de origen traumático" y que "no se observaron signos de participación de terceras personas sobre los restos estudiados"
Facundo Astudillo Castro, el joven de 22 años cuyos restos fueron hallados el 15 de agosto pasado en la localidad de General Daniel Cerri, murió por «asfixia por sumersión (ahogamiento)» y el cadáver «no presentaba lesiones vitales de origen traumático» y «no se observaron signos de participación de terceras personas sobre los restos estudiados», según lo determinó la autopsia, cuyo informe se conoció este jueves.
«Se trató de una muerte violenta, por no ser natural. El avanzado estado de esqueletización del cadáver limitó las posibilidades de conocer el modo de la muerte, no pudiendo la ciencia forense determinar con rigor científico si se trató de uno u otro modo de muerte violenta: suicida, homicida o accidental», detalla el informe, según un comunicado de prensa emitido por el juzgado federal 2 de Bahia Blanca, a cargo de la causa.
El resultado de la autopsia fue presentado hoy por los peritos a la jueza federal 2 de Bahía Blanca, María Gabriela Marrón en la sede del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), en la ex ESMA, en el barrio porteño de Núñez, y luego fue notificado a la madre de Facundo, Cristina Castro.
El informe reveló que Facundo murió «por asfixia por sumersión (ahogamiento)» y aclara que «la sumersión (mecanismo asfíctico) es la causa de muerte por obstrucción de la vía aérea por el ingreso de líquidos durante el proceso de respiración bajo el agua, generando el ahogamiento (asfixia mecánica)».
«Los restos óseos estudiados no presentaban lesiones vitales, de origen traumático, ni otras antemortem (previas a la muerte)», dice el estudio, en el que además se determinó que «no se evidenciaron estructuras de densidad metálica, similares a elementos que puedan corresponderse con aquellos que producen injurias o lesiones (como por ejemplo proyectiles de arma de fuego, segmentos de arma blanca, entre otros)».
El informe de los peritos indica que, en el análisis de los restos, «no se observaron signos de participación de terceras personas» y agrega que «todas las lesiones y pérdida de algunas piezas dentales son postmortem (posteriores a la muerte), producto de depredadores y exposición medioambiental».
La autopsia, cuyo resultado se conoció hoy, se realizó el pasado 25 de agosto y participó un equipo interdisciplinario compuesto por al menos 15 peritos.
Por parte del EAAF participaron su director, Luis Fondebrider (antropólogo forense); Analía Simonetto (antropóloga forense, coordinadora del Laboratorio de Antropología Forense); Mercedes Salado Puerto (antropóloga forense, coordinadora de Identificación); Luis Bosio (médico forense); y Gala Maruscak (fotógrafa pericial).
En cuanto al Cuerpo Médico Forense (CMF), intervinieron Roberto Cohen (médico forense); Alejandro Rullan Corna (médico forense); Marta Maldonado (odontóloga forense); Jorge Pereyra (radiólogo forense), y Mariana Selva (antropóloga forense).
Por parte del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) participó Nora Maidana (análisis de Diatomeas), mientras que por la Universidad del Centro (Unicen) lo hizo María Amelia Gutiérrez (Tafonomía), María Clara Álvarez (arqueóloga) y Cristian Ariel Kaufmann (Ciencias Naturales).
Asimismo, Virginia Créimer, especialista consultora en Medicina Legal, fue designada como perito por parte de la querella, y mañana también estará presente en la entrega del informe.