Peritos de la Policía Federal detectaron los rastros en un patrullero y un auto particular secuestrados en la causa
La investigación sobre la desaparición de Facundo Astudillo Castro, el joven de 22 años visto por última vez el 30 de abril cuando dejó su casa en Pedro Luro rumbo a Bahía Blanca en plena cuarentena, dio un avance en las últimas horas al hallarse manchas de sangre en dos vehículos de la policía secuestrados.
Peritos de la Policía Federal detectaron rastros de sangre en el patrullero utilizado por el agente Alberto González de Teniente Origone, que, según declaró, encontró a Facundo en la Ruta 3 tras el llamado de un vecino. Dijo que le sacó una foto al registro del joven y lo dejó seguir.
Se trata de una camioneta Toyota Hilux que lleva el número de registro 22788. Allí detectaron sangre sobre el volante, la parte interna de la puerta del conductor, la tapa de la guantera, el asiento trasero izquierdo y la caja de la camioneta.
Por otro lado, se encontraron manchas en el baúl y en la tapa de la guantera de un Chevrolet Corsa Classic, propiedad del padre de Cristina Castro, una oficial que no estaba de servicio pero que divisó a Facundo a unos 7 kilómetros de Mayor Buratovich haciendo dedo y aceptó llevarlo hasta Origone. Según su testimonio, el pasajero le dijo que «no le dijera nada a su mamá».
El tercer vehículo secuestrado es la Hilux que se ve en la última foto que le tomaron a Facundo y que es utilizada por agentes de Mayor Buratovich, la localidad donde se pierde el rastro. Su color, azul y verde, no es el mismo de la camioneta a la que lo vieron subir tres testigos considerados claves, que aseguraron que era blanca y negra.
El hallazgo ocurre cuando se dan a conocer algunos indicios que apuntan a la llegada del joven de 22 años a Bahía Blanca: el testimonio de una mujer que dijo trasladarlo hasta la entrada de la ciudad y dos antenas que habrían detectado la presencia del celular de Facundo en la zona.
Para los detectives y los abogados de la madre de Facundo, Leandro Aparicio y Luciano Peretta, ninguna de estos evidencias aún son determinantes. De hecho, aunque el primer test arrojó que se trata de sangre, los investigadores deberán confirmarlo y, si es así, determinar de qué tipo y compararla con muestras de ADN.