El diputado radical del Frente Progresista salió al cruce de las acusaciones contra la gestión anterior. “No aprovecharon la transición y quieren construir un relato”, lanzó el legislador en diálogo con CLG
El diputado radical del Frente Progresista salió al cruce de las acusaciones contra la gestión anterior. “No aprovecharon la transición y quieren construir un relato”, lanzó el legislador en diálogo con CLG
A poco más de un mes de que el gobernador Omar Perotti suceda a Miguel Lifschitz en la gobernación de Santa Fe, la relación entre dirigentes del Partido Justicialista (PJ) y del Frente Progresista Cívico y Social (FPCyS) continúa en un pantano con cruces y acusaciones diarias entre autoridades entrantes y salientes.
Luego de las críticas vertidas por funcionarios del gobierno de Santa Fe contra la gestión anterior por el déficit heredado en cada una de las áreas del Estado, y tras la discusión en la Legislatura por la ley de emergencia, las aguas parecían haberse calmado. Pero la calma solo duró unos días y con la ola de violencia que se cobró 17 muertos en los primeros días del año volvió a aparecer la polémica y el desligamiento de culpas por parte del Ejecutivo provincial.
“Tratan de construir un relato para no asumir las responsabilidades que implica gobernar. Y sabemos como nos fue en el país con los relatos. Lo que buscan es desgastar a Miguel Lifschitz y al Frente Progresista, que dejó el gobierno con un alto índice de aprobación de la gestión tanto del gobernador como mucho de los ministros”, respondió en diálogo con CLG el diputado radical Fabián Bastía. “No somos responsables de que no hayan aprovechado la transición, siempre estuvimos abierto al diálogo”, agregó.
En relación a las críticas por la gestión económica de la administración de Lifschitz, y en un mes de enero donde se extendieron los plazos de pagos para los trabajadores del Estado, el legislador del Frente Progresista aseguró que “a pesar de un proceso devaluatorio a nivel nacional que impactó en las cuentas públicas, el Frente Progresista pagó salarios en tiempo y forma, respetó la cláusula gatillo, continuó con la inversión en infraestructura y se hizo cargo de los problemas, algo que ahora no sucede”.
“Los sueldos deberían pagarse en tiempo y forma como se hizo con Lifschitz y durante los 12 años que gobernó el Frente. Acá no hay argumentos para no pagarles a los trabajadores. Incluso votamos herramientas como el consenso fiscal y la reforma tributaria para que tengan una mayor disponibilidad de recursos. Santa Fe no está en emergencia económica”, agregó Bastía.
Y concluyó: “Perotti debería saber que lo eligieron gobernador de una provincia que se encuentra dentro de un país que hace 10 años que no crece. Pero eligieron el relato por sobre la acción y la resolución de problemas. Es algo que tienen arraigado algunos espacios políticos”.
Pullaro se defendió
En tanto, el diputado provincial y ex ministro de Seguridad, Maximiliano Pullaro, reaccionó a las críticas del gobierno actual contra el gobierno del que formó parte y relacionó la escalada de inseguridad a la falta de coordinación durante los seis meses de transición. Además, recordó que durante la administración de Miguel Lifschitz se detuvieron a las bandas criminales más importantes de la provincia, entre ellas a los principales cabecillas de Los Monos.
“Cuando el gobierno actual, fundamentalmente el gobernador (Omar Perotti) plantea («desidia e ignominia estatal») en la Asamblea Legislativa, es injusto con el esfuerzo que le pusimos a nuestra gestión y con la realidad objetiva que podemos mostrar”, se quejó. Y criticó: “Siguen hablando como si fueran oposición y siguen dando diagnósticos. Creo que hay que sentarse en una mesa y ponerse a gobernar”.
Consultado sobre el incremento de la violencia e inseguridad en Rosario, Pullaro aventuró una hipótesis relacionada a la falta de trabajo conjunto durante la transición: “Hay cosas que se perdieron durante seis meses. Tal vez por soberbia del gobernador actual se perdió una oportunidad muy grande de trabajar con el gobierno que se iba. Lamentablemente durante seis meses no tuvimos ningún contacto y entraron al Estado prácticamente con los ojos cerrados. La gente los votó para que gobiernen, no para que hagan diagnósticos”, recordó.