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Exceso de fibra: ¿cómo puede afectar a la salud?


Puede ocasionar problemas digestivos, reducir la absorción de fármacos y alterar la de ciertos minerales

En un artículo de Mejor con Salud realizado por Florencia Villafañe, graduada en Nutrición por la Universidad Nacional de Córdoba, se detallan los efectos negativos del consumo excesivo de fibra y algunas recomendaciones para considerar en la dieta diaria.

El consumo en exceso de fibra puede acarrear algunas complicaciones en el cuerpo, aunque se trata de una sustancia que casi siempre resulta beneficiosa. De todas maneras, te invitamos a conocer cuáles son los riesgos de abusar de ella.

El consumo diario de alimentos que aportan fibra es necesario para mantener la salud en general. Su aporte tiene influencia directa en la regulación del tránsito intestinal, hasta incluso en la mejora del ánimo.

La fibra dietética en la salud

Este compuesto es un grupo de sustancias no digeribles que se clasifican químicamente como solubles e insolubles. Se encuentran en los alimentos vegetales: frutas, verduras, hortalizas, granos y legumbres.

Así pues, diversas investigaciones han sugerido que tiene efectos positivos en la prevención del estreñimiento, en la mejora de la calidad de la microbiota intestinal, en la prevención de enfermedades como la diabetes tipo 2, la hipertensión y el cáncer, entre otras patologías.

En relación a ello, entidades como la Organización Mundial de la Salud recomiendan aportar la cantidad suficiente de fibra, lo que significa un promedio de 25 gramos diarios.

¿Qué sucede cuando hay un exceso de fibra?

Sin embargo, además de que este componente dietético no se digiere, tiene la capacidad de arrastrar consigo sustancias como el colesterol, algunas vitaminas y ciertos minerales. Por ende, se eliminan junto con la materia fecal.

De allí surgen, entonces, algunas de las complicaciones que aparecen tras el exceso de fibra. A continuación, te contamos sobre este tema con más detalle.

Problemas digestivos

Una de las complicaciones del exceso de fibra es la aparición de flatulencias y distensión abdominal. Esto puede notarse de forma frecuente en personas que no están acostumbradas a la misma, como sucede tras la ingesta de legumbres no remojadas.

Dependiendo de la cantidad de gas que se genere, pueden ocurrir molestias significativas y dolor por meteorismo. Esto proviene de la acumulación excesiva de flatos en el tracto gastrointestinal.

Según algunos estudios científicos, cuando la ingesta diaria excede los valores normales, además de los malestares mencionados se pueden observar también:

Heces blandas y diarrea.
Deshidratación.
Calambres musculares.
Obstrucción intestinal, siempre y cuando no se aporte agua en cantidad suficiente.

Alteración en la absorción de ciertos minerales

Una ingesta excesiva y continuada de fibra dietética puede tener un efecto antinutritivo y afectar a la absorción de minerales, como el calcio, el hierro, el cobre y el zinc.

Estos forman compuestos insolubles con elementos que integran la fibra, como por ejemplo los fitatos de los cereales, los tanatos presentes en las lentejas, habas, espinacas y plátanos, o bien con los oxalatos de la coliflor y los frijoles. En consecuencia, el metabolismo de los mismos se ve afectado.

Reducción en la absorción de fármacos

En adición a lo mencionado en el apartado anterior, la fibra también puede disminuir la eficacia de los fármacos. De este modo, se altera la absorción de algunos antidepresivos, suplementos de hierro y medicamentos para la diabetes o el hipotiroidismo, como la metformina y la levotiroxina.

Si tomas algunos de ellos, lo aconsejable es que esperes un lapso de 3 o 4 horas para consumir alimentos que contengan fibra. En todo caso, consulta con un médico o un nutricionista para que te sugiera la forma más pertinente de usarlos.

Recomendaciones para evitar el exceso de fibra

De manera general, se sugiere que la fibra en la dieta tenga una proporción de 3:1. En este sentido, la fracción que debería predominar es la insoluble. Algunos alimentos que la contienen son los cereales integrales, los frijoles, los guisantes y la mayor parte de las frutas maduras.

Por otro lado, productos como la zanahoria, el zapallo, los cítricos, las leguminosas secas, las ciruelas y la avena son algunos en los que se encuentra fibra soluble. Por este motivo, se recomienda que la ingesta de vegetales sea variada.

En relación a este tema, los nutricionistas han confeccionado algunas pautas prácticas para asegurar el aporte de fibra dietética en proporciones adecuadas, entre las que se encuentran las siguientes:

3 raciones diarias de verduras.
2 raciones diarias de frutas. Mejor enteras que en zumo.
6 raciones diarias de cereales, ya sea en forma de pan, cereales para el desayuno, pasta o arroz. Lo aconsejable es que sean productos integrales.
4 o 5 raciones de legumbres en la semana.

Exceso de fibra: ¿qué recordar?

Para hacer frente a los síntomas digestivos que puede provocar el exceso de fibra, lo aconsejable es evitar algún tiempo los productos fibrosos como las legumbres, los cereales integrales y las frutas y verduras crudas.

Recuerda, además, que para prevenir la deshidratación debes aportar agua en cantidad suficiente. En todo caso, si las molestias no ceden, consulta con un profesional médico de inmediato.