El ex presidente surcoreano, Lee Myung-bak, fue condenado a 15 años de prisión por corrupción, lo que lo convierte en el segundo ex mandatario de Corea del Sur en ser condenado este año por cargos similares.
En Corea del Sur los expresidentes terminan generalmente en prisión una vez que dejan el cargo, a menudo luego de una alternancia en el poder. Los cuatro expresidentes aún con vida fueron condenados.
Lee, de 76 años, presidente entre 2008 y 2013, fue declarado culpable por corrupción y desvío de fondos por un tribunal del distrito central de Seúl.
«Tomando todo en cuenta, un severo castigo es inevitable para el acusado», declaró el juez en una audiencia transmitida por televisión.
Además de la pena de cárcel, el exmandatario fue condenado a pagar una multa de 13.000 millones de wones (10 millones de euros, 11,5 millones de dólares).
El expresidente, que llegó a la política luego de una larga carrera en Hyundai, no asistió a la lectura del veredicto.
Lee fue procesado en abril con 16 cargos.
El tribunal lo consideró culpable de recibir sobornos del grupo Samsung para que otorgue el perdón presidencial al presidente del conglomerado surcoreano Lee Kun-hee, que fue condenado por evasión fiscal.
Lee Myung-bak dijo estar «aterrado» por esas acusaciones y afirmó que había otorgado el perdón al presidente de Samsung, que era entonces miembro del Comité Olímpico Internacional (COI) para que pudiese defender la obtención de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018, que se llevaron a cabo en febrero en Pyeongchang.
Samsung negó las acusaciones.
En agosto la condena por corrupción y abuso de poder a la expresidenta Park Geun-hye, destituida a fines de 2016 por el Parlamento, fue extendida hasta 25 años de reclusión.
Dos expresidentes más, Chun Doo-hwan y Roh Tae-woo, habían sido condenados en los años 1990 por traición y corrupción.
El predecesor de Lee, Roh Moo-hyun se suicidó al ser citado en un caso de corrupción.