La iniciativa Agustín XV es un grupo de rugby para chicos con discapacidad. Entrenan cada viernes en el Estadio Municipal
Por Diego Carballido
«Somos un grupo de jugadores e integrantes de cuerpos técnicos de rugby que nos conocíamos desde hace tiempo, y a partir de un encuentro organizado por el Movimiento Cristiano de Gente de Rugby tuvimos la iniciativa de hacer alguna actividad relacionada con este deporte”, relató Sebastián Bosch, uno de los precursores del proyecto San Agustín XV, en diálogo con CLG. Una iniciativa que trabaja la inclusión por medio de la práctica deportiva del rugby.
“Sabemos que ya se desarrolla la actividad para chicos carenciados y para personas privadas de la libertad. Por eso, nos pareció una buena idea trabajar con chicos que tengan alguna discapacidad», explicó.
Luego de la primera práctica del 20 de septiembre en el Estadio Municipal, creció en gran cantidad el número de inscritos. Cada viernes a las 16, Bosch y su equipo de trabajo llevan adelante las prácticas de San Agustín y luego realizan «un tercer tiempo, algo típico del rugby, donde intentaremos merendar y compartir un buen momento”.
Al referirse a la preparación que el equipo de coordinares tiene que contar, al margen de los aspectos deportivos, Bosch detalló: «Dentro del grupo tenemos experiencias cercanas de familiares con alguna discapacidad, pero de todas maneras nos juntamos con preparadores físicos especializados, psicólogos y psicopedagogos, que son quienes nos dan el soporte para que los chicos se sientan contenidos».
Si bien el grupo es interdisciplinario, quienes llevan adelante este proyecto desde un primer momento fueron Sebastián junto con Alejandro Poza, Ariel Puignero, Germán Candini y Agustín Pozzo.
Existen en el país experiencias similares a San Agustín y fueron quienes asesoraron a este grupo de ex jugadores rosarinos para iniciar la tarea inclusiva. «Tuvimos reuniones con grupos de Buenos Aires, Mendoza y Tucumán donde funcionan proyectos parecidos», dijo Bosch y agregó: «Vamos a hacer lo imposible para que los chicos se integren, conozcan los valores del rugby y pasen un lindo momento».
Finalmente, Bosch abrió la invitación a todos aquellos que quieran formar parte de este proyecto que recién está comenzando: “Trabajamos con chicos a partir de los cinco años, pero después no tenemos otra restricción porque el rugby es un deporte muy abarcativo que le permite tener un lugar al alto, al flaco o al más bajo”.
“Algunos de estos chicos no encuentran un espacio en sus clubes y por eso intentaremos darle la posibilidad de que tengan el lugar, el tiempo y la dedicación que requieren”, concluyó.
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