El vocero del gobierno francés, Benjamin Griveaux, tuvo que ser evacuado esta tarde por el ataque de un grupo de manifestantes identificados como chalecos amarillos al edificio donde está su despacho, del que también fueron retirados sus colaboradores.
Los atacantes -entre una decena y una quincena- forzaron la puerta con un vehículo de obras que estaba en las proximidades y accedieron al patio, donde dañaron dos vehículos, una verja y rompieron varios cristales.
En un breve diálogo con la prensa, Griveaux contó que estaba trabajando en su despacho -en el Ministerio de Relaciones con el Parlamento, en la calle de Grenelle- y que un responsable de la seguridad le avisó que había que salir, lo que hizo con sus colaboradores por una puerta trasera.
«No se me ha atacado a mí, sino a la República» y «a la democracia», subrayó el vocero, que consideró lo sucedido «inaceptable e inadmisible» y manifestó su esperanza de que los autores puedan ser identificados gracias a las cámaras de vigilancia para ser detenidos y «castigados».
«No cederemos a los violentos ni a los que piden derrocar al gobierno», señaló en alusión directa al movimiento de los chalecos amarillos, refirió Efe.
Este incidente se produjo durante el octavo sábado consecutivo de protestas con movilizaciones que derivaron en disturbios en varias ciudades de Francia, en particular en París.
Griveaux había lanzado ayer un mensaje de mano dura contra los que siguen participando en las acciones de los chalecos amarillos, a los que calificó de «agitadores que quieren la insurrección y derrocar al gobierno» y al presidente, Emmanuel Macron.