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Europa empezó el año con más casos de coronavirus: hay mucha preocupación


Alemania, Francia y el Reino Unido amplían restricciones debido al avance del virus. Hay temor de un nuevo colapso hospitalario

Europa inauguró 2021 con un aumento sostenido de casos de coronavirus que obliga a mantener o ampliar las restricciones, por ejemplo en Francia, y hace temer un nuevo colapso hospitalario como sucedió en la primera ola de la pandemia en gran parte del continente.

Uno de los primeros países en anunciar el balance oficial del día fue Alemania, que informó de casi 23.000 casos nuevos y 553 muertes por coronavirus en las últimas 24 horas, aunque el Instituto Robert Koch, el ente gubernamental encargado del control de enfermedades infecciosas, aclaró que las cifras podrían ser similares a las de la semana pasada porque en las fiestas se hicieron menos pruebas, informó la agencia de noticias DPA.

En otras palabras, las autoridades creen que, en realidad, los casos de coronavirus mantuvieron la tendencia en alza registrada en las últimas semanas y que hacen temer en el país una fuerte segunda ola.

El Instituto Kcoh informó también que en Alemania hasta el mediodía de hoy fueron vacunadas contra el coronavirus 165.575 personas.

Entre los inoculados hay 71.590 personas que residen en hogares de ancianos y otras 77.253 personas fueron vacunadas por razones profesionales. En este grupo figura el personal de salud con riesgo muy elevado de contagio así como empleados de residencias para adultos mayores.

La misma tendencia creciente en contagios se registra en la vecina Francia y, por eso, hoy el vocero del Gobierno, Gabriel Attal, anunció que el toque de queda instalado en parte del país desde las 18 (hora local) para frenar la segunda ola se extenderá desde mañana a 15 departamentos más del territorio, según reprodujo la agencia de noticias AFP.

Los departamentos alcanzados por la nueva ampliación se concentran principalmente en el norte y el sur de la parte oriental del país.

En tanto, del otro lado del Canal de la Mancha, en el Reino Unido, donde entró en vigencia el nuevo régimen de fronteras con el final definitivo del divorcio de la Unión Europea, el director del Colegio Real de Enfermería de Inglaterra, Mike Adams, advirtió que el país está «en el ojo de la tormenta» y que «es enfurecedor» que la gente no respete las medidas de distanciamiento social y no use tapabocas para evitar contagios.

En paralelo, el vicepresidente del Colegio Real de Medicina de Emergencia, Adrian Boyle, admitió a la cadena BBC que está «preocupado» y que los trabajadores de la salud «están en verdaderas campos de batalla» peleando contra el avance del virus.

Con 53.285 casos y 613 muertes en las última jornada, algo menos que el récord de casi 56.000 contagios y los cerca de 1.000 decesos reportados ayer, profesionales y autoridades británicas temen que la nueva cepa del virus más contagiosa registrada en el país deje al sistema hospitalario al borde del colapso, como sucedió durante la primera ola en la primera mitad de 2020.

Ante esta situación, jefes médicos remitieron hoy una carta al personal sanitario para respaldar la campaña de vacunación en el país, donde a partir del lunes se dará la vacuna de AstraZeneca junto con la de Pfizer.

En su mensaje, destacan que ambas vacunas ofrecen «una protección sustancial en un plazo de dos a tres semanas» tras la inoculación de la primera dosis, mientras que la segunda es «probable que sea muy importante para la duración de la protección», por lo que recomendaron adelantar la aplicación de la segunda, que teóricamente debía hacer dentro de los 21 y 28 días posteriores.

Más de un millón de personas fueron ya vacunadas contra el virus en el país desde el 8 de diciembre, según informó hoy el ministro de Salud, Matt Hancock.

«Comenzamos este año sabiendo que tenemos días mejores por delante. Hemos suministrado ya un millón de vacunas», señaló en un mensaje publicado en su cuenta de Twitter.

En Europa occidental, las restricciones impuestas durante las fiestas se respetaron y no fueron cuestionadas en las calles con nuevas protestas, en Praga, la capital de República Checa, un grupo de personas desafío la prohibición de congregarse en el centro dela urbe y fueron reprimidos por la Policía que patrulló toda la madrugada y que detuvo a varias personas, según informó el canal RT.