Según la agencia sanitaria Onusida, 140.000 nuevos casos de VIH fueron registrados en Europa del este y Asia central en 2020, frente a los 170.000 en 2019
El SIDA comienza a convertirse otra vez en un problema en el esta del continente europeo, cuando todos los esfuerzos sanitarios están orientados a evitar la propagación del coronavirus.
Según informan medios internacionales, con los hospitales cerrados para los enfermos que no tengan Covid-19, el confinamiento y las restricciones de viaje, el acceso a muchas pruebas, entre ellas las de diagnóstico, se vio restringido y algo parecido se verificó en la Argentina entre los que padecieron otras patologías.
En tanto, según la agencia sanitaria Onusida, 140.000 nuevos casos de VIH fueron registrados en Europa del este y Asia central en 2020, frente a los 170.000 en 2019 y estos números reflejan una disminución «brutal» de las pruebas.
La pandemia del coronavirus también complicó el acceso de los enfermos a los medicamentos, subraya Davron Mukhamadiev, coordinador para Europa de la Cruz Roja.
Este es un obstáculo más para los seropositivos de Rumania, uno de los países de la Unión Europea con menor presupuesto para salud, donde los hospitales sufren una gran escasez de medicamentos para las terapias que requieren estos enfermos. Los pacientes denuncian abandono, además de estigmatización, subrayó el sitio France24.com.
Dentro de ese cuadro, Alina Schiau, conductora de la Asociación rumana anti-sida (ARAS) y a la vez directora de la ONG Senz Pozitiv, atiende con insumos a pacientes rumanos. Aunque las nuevas terapias hacen que los pacientes vivan más tiempo, «estos enfermos siempre tienen miedo porque no saben si al día siguiente tendrán sus medicamentos», explicó.