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Estallido del 2001: «Fue como pegarle una patada a un hormiguero y que salgan todos»


Una de las primeras movilizaciones al Monumento a la Bandera

Se cumplen 20 años de las masivas protestas de diciembre del 2001, cuando el pueblo pidió "que se vayan todos". CLG habló Con el "Mono" Saavedra, parte de las movilizaciones y de la Asamblea 19 y 20 de Rosario

Por Gonzalo Santamaría

Hace 20 años Argentina estaba entrando al nuevo milenio sumergido en una crisis económica y social producto de una década neoliberal y con una moneda muy inestable. El gobierno de Fernando de la Rúa llegó al poder tras vencer a Eduardo Duhalde con la premisa de mantener el famoso «1 a 1, un peso, un dólar» que había instalado Carlos Menem, sin embargo los intentos por sostener eso fueron blandos y la crisis del 2001 comenzó a gestionarse meses antes del estallido social del 19 y 20 de diciembre, el binomio de miércoles y jueves donde el pueblo argentino salió a la calle con un grito unánime: «Que se vayan todos». A los cacerolazos, piquetes y manifestaciones los distintos gobierno provinciales decidieron responder con una represión atroz que dejó 39 muertos en el país. CLG habló con Rodolfo «Mono» Saavedra, parte de las marchas en Rosario y representante de la Asamblea 19 y 20, una agrupación que busca justicia por los asesinados en manos de la brutalidad policial y la reivindicación de la lucha.

Es cierto que la crisis comenzó muchos años antes del final estallido, es más, un año antes del diciembre del 2001 ya comenzaba a resquebrajarse el gobierno de De La Rúa con la renuncia de su vicepresidente, Carlos «Chacho» Álvarez, quien luego desapareció de las esfera política argentina. Más tarde llegarían varias decisiones de la Alianza que desembocarían en la asunción de Domingo Cavallo, quien fuera ministro de Economía de Carlos Saúl Menem y el creador de «un peso, un dólar», un sistema que se sustentó en la privatización de varias empresas del Estado, y por ende el mínimo alcance a su población.

Con Cavallo al mandato de la economía argentina, nuevamente llegarían medidas que a un pueblo golpeado en su bolsillo y en su dignidad sólo lo motivaban a reclamar. Entre ellas, y una de las más recordadas, es la aplicación de una restricción de retiro bancario. Los argentinos sólo podía ir al cajero y extraer 150 pesos por semana de sus cuentas. Ante esta situación, los trabajadores precarizados, en negro y por fuera del sistema bancario quedarían relegados, por lo que los movimientos sociales populares cobraron mayor protagonismo.

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«Nosotros trabajábamos con distintas organizaciones y era un momento con una visión autónoma de tratar de buscar una salida política desde las organizaciones de abajo», recordó Saavedra, que por aquellos años militaba en la juventud del Partido Comunista y daba sus primeros pasos como muralista de Rosario.

El «Mono» marcó que había «muchas necesidades», pero que también surgía «mucha respuesta de las organizaciones» en la previa al estallido. «Había un pensamiento de una salida colectiva y con una visión más horizontal», esbozó y definió al 19 y 20 de diciembre como «una explosión».

«La imagen la sintetizaría con la acción de pegarle una patada al hormiguero, que empiezan a salir todas sin rumbo pero con prisa», explicó con contundencia Saavedra y rememoró una imagen en el Monumento a la Bandera (centro de las protestas en Rosario): «Mirabas para la Peatonal y venía un montón de gente, girabas la cabeza y por el Bajo venía un montón de gente. Venían de todos lados».

Pero un hecho haría que las protestas queden grabadas en la memoria del pueblo argentino. «En el momento de mayor efervescencia se vio un grado de sadismo en la represión policial», sostuvo Saavedra a 20 años del estallido que marcó un antes y un después en la historia nacional. En este marco, resumió sin reparos: «Eso no puede estar atado a un policía malo, fue una orden a nivel estatal, con la responsabilidad política del gobernador Carlos Reutemann que murió sin tener ninguna condena».

David Ernesto Moreno (13 años), Rosa Eloisa Paniagua (13 años), Damián Vicente Ramírez (14 años) Miguel Pacini (Santa Fe – 15 años), Romina Iturain (15 años), Julio Hernán Flores (15 años), Ricardo Villalba (Rosario – 16 años), Sergio Pedernera (16 años), Walter Campos (Rosario – 17 años), Yanina García (Rosario – 18 años), José Vega (19 años), Roberto Agustín Gramajo (19 años), Cristian Legembre (20 años), Rubén Pereyra (Rosario – 20 años) Sergio Miguel Ferreira (20 años), Víctor Ariel Enriquez (21 años), Luis Alberto Fernández (21 años), Juan Alberto Torres (21 años), Ramón Alberto Arapi (22 años), Pablo Marcelo Guías (23 años), Ricardo Álvarez Villalba (Rosario – 23 años), Diego Ávila (24 años) Rubén Aredes (24 años), Carlos Almirón (24 años), Carlos Manuel Spinelli (25 años), Diego Lamagna (26 años), Mariela Rosales (28 años), Juan Delgado (Rosario – 28 años), Ariel Maximiliano Salas (30 años), Gastón Marcelo Riva (30 años) Gustavo Ariel Benedetto (30 años), Claudio «Pocho» Lepratti (Rosario – 35 años), Graciela Acosta (Santa Fe – 35 años), Elvira Avaca (46 años), Jorge Cárdenas (52 años), Alberto Márquez (57 años), José Daniel Rodriguéz (sin datos) y Sandra Ríos (Sin datos). Nombre por nombre, los 39 fallecidos en la represión del 2001, nueve de ellos asesinados por la Policía de Santa Fe.

Para el «Mono» el reclamo fue justo: «Queríamos que se vayan todos», expresó. Sin embargo, y muy a su pesar, «no sólo que no se fueron sino que se instalaron».

Nacido en Vera y rosarino por adopción desde zona sur, viviendo en La Tablada y militando en Oroño y Uriburu, Rodolfo salía a la calle a protestar. Buscaba que los derechos de los ciudadanos se respeten. Hoy con 56 años sigue en pie y no deja de marcar el camino, aunque reconoció que tras 20 años se llega «muy golpeado» a esta fecha por el «desinterés y la injusticia prolongada» tanto para las familias que perdieron seres queridos, como para los manifestantes que se veían vulnerados por un Estado que desamparaba.

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«La lucha por justicia y la impunidad que se generó provocó en mucha gente que se vaya a la casa, se desmotive. Hubo respuestas parciales para las organizaciones, necesarias pero sólo para calmarnos», aseguró Saavedra y lamentó que «ningún gobierno hay visualizado las necesidades del pueblo».

En este sentido, y retomando la idea del «que se vayan todos», el «Mono» sostuvo: «Hasta el día de hoy Duhalde, Cavallo y todos siguen opinando, eso quiere decir que se mantuvo el statu quo». Rápidamente fue claro en su análisis: «Ese es el saldo negativo de la iniciativa populares del 2001, no tuvimos la capacidad suficiente para llegar a un destino que pueda tener las resoluciones que la gente necesitaba».

Rodolfo planteó que Argentina en 2021 «está con la misma cantidad de pobres, con necesidades básicas insatisfechas y derechos de la población sin respuestas», no obstante «los dirigentes políticos de los partidos tradicionales siguen manteniéndose como antes».

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«Mono» Saavedra

La Asamblea 19 y 20 nació como la conjunción de varias organizaciones sociales que salieron a las calles de Rosario ese 19 y 20 de diciembre. Es un espacio común donde se eleva día a día el reclamo de justicia, aunque no estuvo exento de los vaivenes de la vida de las agrupaciones. El «Mono» Saavedra llegó a ella por ser parte de «Arte por la Libertad», un grupo de muralistas que desde la muerte de «Pocho» Lepratti decidieron que la pintura y el pincel en las paredes de Rosario sea la «expresión de reclamo».

Saavedra contó que la Asamblea tiene un «criterio común a nivel democrático» y que durante sus 20 años de trabajo lograron grandes aportes como en 2015 reunir a todas las familias que lamentaron víctimas por la represión a lo largo y a lo ancho del país.

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En el final de la charla, Rodolfo Saavedra dejó un claro mensaje de cara a los 20 años de la crisis del 2001: «Lo más fuerte que podemos decir es que las organizaciones sociales tienen que tomar esta fecha como el valor de la expresión y de como el pueblo se puede organizar para luchar «a pesar de». Mantener la esencia de esa forma de lucha, para estar siempre presente porque las respuestas no han llegado».

«Queremos que las nuevas generaciones se enteren lo que fue el 19 y 20 de diciembre del 2001, por eso el rescate de la memoria histórica es fundamental», concluyó el «Mono».

Actividades para el 19 y 20 de diciembre

El domingo se hará la característica vigilia desde las 17 en los Tribunales Federales de Rosario donde habrá bandas musicales, proyecciones y una obra de teatro del grupo entrerriano Leprosa, de Victoria, que cuentan la historia de dos víctimas de la represión policial, Rubén Pereyra y Lepratti y lo exponen en monólogos, «muy impactantes», aseguró Saavedra.

El 20 de diciembre habrá una concentración en los Tribunales y el objetivo de la Asamblea 19 y 20 es «tratar de mantener encendida la lucha», contó el «Mono».

Luego, desde las 10, habrá una movilización de organizaciones sociales y políticas desde la plaza San Martín (Dorrego y Córdoba) hasta el Monumento Nacional a la Bandera, donde se leerá un documento en conjunto.

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