Desde 2006, México, de 126 millones de habitantes, acumula más de 300.000 asesinatos, en su mayoría atribuidos al crimen organizado y unos 90.000 desaparecidos
El nuevo embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, afirmó este sábado que el Gobierno del demócrata Joe Biden considera central el regreso a México de los agentes de la Administración de Control de Drogas estadounidense (DEA), a la vez que aseguró que los recursos del extinto Plan Mérida -el equivalente local del Plan Colombia- seguirán fluyendo aunque habrá mayor coordinación con el Ejecutivo mexicano.
“Estamos trabajando en esto con el Gobierno para tener la oportunidad de traer agentes, incluidos nuestros agentes de la DEA, pero lo haremos de una manera en la que estamos asociados”, dijo Salazar en su primera conferencia de prensa como embajador designado, que tuvo lugar un día después de la cumbre entre los cancilleres de ambos países en la capital mexicana para abordar la seguridad en su frontera común y cómo reemplazaran el Plan Mérida, que el presidente Andrés Manuel López Obrador consideró que fracasó.
Según el flamante diplomático, en dicha cumbre se incluyó la solicitud de Washington para que se permita la operación del personal de esas agencias, como la DEA, luego que el Congreso mexicano aprobara una reforma en diciembre pasado para limitar la operación y presencia de los agentes extranjeros en el país.
Esta medida se interpretó entonces como una respuesta a la detención en Estados Unidos del exsecretario de Defensa Salvador Cienfuegos por una investigación de esa agencia que no fue notificada al Gobierno mexicano. Salazar señaló que ambas naciones tienen que reconocer la realidad del tráfico y consumo de drogas y “trabajar duro” para enfrentarlo de manera conjunta, según reportó el diario mexicano La Jornada.
Por un lado, enfatizó que las autoridades estadunidenses deben asumir la responsabilidad que les corresponde para abordar el problema, ya que Estados Unidos es uno de los países con mayor consumo de drogas, aunque también México comienza a verse afectado por esta situación.
El embajador también se refirió al nuevo pacto suscrito el viernes entre ambos países para atacar las causas del narcotráfico y la migración ilegal, el denominado Entendimiento Bicentenario, que sustituyó el Plan Mérida, criticado por el presidente Obrador por disparar la violencia en el país en la llamada guerra contra el narcotráfico.
«Fue un día histórico. Fue una reunión que no se había visto en otros tiempos. Es la primera vez que viene (a México) una delegación de tanto nivel, con todo el respaldo del presidente de Estados Unidos y también del presidente López Obrador”, opinó.
Las delegaciones de ambos países presentaron al nuevo acuerdo como el primero que se da en condiciones de “aliados e iguales”, en el que las prioridades de ambas naciones tienen el mismo grado de importancia. No obstante, Salazar consideró que también pasaron «muy buenas cosas» con el Plan Mérida como las «inversiones» y afirmó que México continuará recibiendo esos fondos.
Lanzado en 2008 por los Gobiernos de George W. Bush y Felipe Calderón, el plan supuso el desembolso de unos 3.300 millones de dólares en asistencia militar y asesoría por parte de Washington para combatir el narcotráfico como si fuera una guerra interna, como sucedió en Colombia.
«Aprendimos mucho y tenemos inversiones en muchas cosas. Mirando adelante, ese dinero sigue, ahora vamos viendo exactamente dónde se va a ir, pero lo vamos a hacer en colaboración con el Gobierno mexicano», indicó el embajador.
Según afirmaron el viernes los cancilleres de ambos países, uno de los tres pilares del Entendimiento Bicentenario será generar «oportunidades económicas en comunidades y regiones desatendidas». Los otros objetivos serán el control del crimen transfronterizo, con especial énfasis en el tráfico de armas hacia México, y el combate al lavado de dinero y la financiación de las organizaciones delictivas.