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Entregó videos de seguridad

Esperanza: un trabajador fue suspendido por ayudar a la familia de Agustina


Ezequiel Schaab, un joven de Esperanza que trabaja en la estación de servicio Shell de la localidad, ubicada sobre la ruta provincial número 6, fue sancionado por la empresa por mostrar los videos captados por las cámaras de seguridad del local, cuando la familia de Agustina Imvinkelried buscaba a la chica, que luego apareció asesinada. Así lo relató al medio Playtelevisión.

El día domingo, mientras trabajaba, un familiar de Agustina pidió ayuda para localizar a la adolescente y le solicitó ver las cámaras de seguridad. «En ese momento, yo no sabía la situación ni nada. Me contó lo que pasó, que el único dato que tenían era que la chica salió del boliche, se acercó a la estación y nadie la vio», comenzó relatando Ezequiel.

«En ese momento me quedé helado. Al contarme eso y la hora que era, lo primero que le digo es que sí, que fuéramos a mirar las cámaras», continuó.

El empleado contó: «Agarro el celular, llamo a los chicos de la mañana y miro las cámaras en el lapso que me dan de tiempo en que había desparecido. Vemos que no bajó en la estación. A los minutos cae la policía y yo accedo (a mostrarle el registro de las cámaras). Es lo mínimo que podía hacer».

El trabajador relató que luego continuó llamando a sus compañeros del turno mañana «por si no habían visto algo» y que también llamó a un camionero que pasó por allí. «Le pregunté si no había visto nada raro. El que conoce la estación sabe que nosotros estamos todo el tiempo en esa oficina; hasta ahora no tenía llave nunca», señaló.

https://www.youtube.com/watch?v=DvapM3JUvvQ

Ezequiel contó que el lunes, tras conocerse el femicidio de Agustina, se presentó a trabajar y le dijeron que había violado las normas, «que no tenía porqué ayudar». No obstante, los responsables del lugar le informaron que había «violado la entrada a la oficina y accedido al registro fílmico sin permiso».

«En ese momento quedé helado porque es algo que nosotros hacemos cotidianamente. Me dijeron que tenía que pensar en frío… Yo tengo una nena, tengo una hermana de esas edad y uno se pone en la piel de la familia», explicó el muchacho.

«Me dijo que tendría que haber sido frío, que en ese momento no iba a solucionar nada porque a esa hora la chica ya estaba muerta. Ahí me di cuenta con qué tipo de persona estaba tratando por la forma en que me contestó «, lamentó Ezequiel.

El día martes se encontró con el apoderado de la empresa, que no habló sobre la situación. «Es como si yo hubiera robado, nadie me hablaba», manifestó y agregó: «El miércoles me llega un telegrama de suspensión de cinco días sin goce de sueldo y un aviso por posible futuro despido».

«Solamente por prestar ayuda. No le causé ningún daño a la empresa, no me entra en la cabeza ni la situación ni la suspensión», agregó.