En este especial CLG rinde un homenaje a estos hombres clave del género de horror
Por Mario Luzuriaga
Halloween es una fecha muy especial para los amantes del terror como género narrativo y audiovisual. Es una fecha en la que hay cientos de especiales con proyecciones cinematográficas.
Se pueden encontrar nombres importantes en este género pero en esta ocasión vale la pena homenajear a dos hombres muy importantes como lo fueron Narciso Ibáñez Menta y Vincent Price. Ambos fueron y serán dos referentes a la hora de hablar del terror en materia audiovisual.
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Narciso Ibáñez Menta fue el encargado de asustar a más de una generación de televidentes hispano parlantes y más precisamente de Argentina. Oriundo de España, Menta inició sus pasos en la actuación y dirección teatral representando «La muerte de un viajante» de Arthur Miller y «Las manos sucias» de Jean Paul Sartre. Pero lo que lo catapultó al éxito fue la adaptación de clásicos de terror como «Dr.Jekill y Mr.Hyde», seguido de «El fantasma de la opera».
Mientras que Vincent Price empezó a ser notable en este género con apariciones televisivas, pero su gran salto fue en 1953 con «La casa de cera», en la que interpreta al profesor Henry Jarrod, un prestigioso escultor que posee un museo de cera y es víctima de un intento de asesinato. Al sobrevivir al atentado queda desfigurado y decide realizar diversos asesinatos y para esconder a sus víctimas las convierte en figuras similares a la de su museo.
En ese entonces Ibáñez Menta era apodado «el Vincent Price criollo», por sus actuaciones en películas de terror como «La bestia debe morir» y «Obras maestras del terror».
Entre los trabajos más destacados de Price fueron «La mosca», «El pozo y el péndulo», «El cuervo», entre otros. Pero uno de sus últimos e importantes papeles fue «El abobinable Dr. Phibes»; además hizo participaciones en «Batman», «Los Muppets» y fue el narrador de «Thriller», el mítico tema musical de Michael Jackson.
Por su parte Narciso Ibáñez Menta dejó atónitos a los argentinos con dos grandes programas: «El hombre que volvió de la muerte» (1969) y «El pulpo negro» (1985).
Ambos son dos maestros en la materia que vale la pena repasar su carrera y asustarse con sus interpretaciones.