El presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, aceptó la oferta de incorporar a miembros «cualificados» de Unidas Podemos en un Ejecutivo de coalición. Sin embargo, dejó en claro de que no tiene intenciones de que el líder, Pablo Iglesias, forme parte del mismo.
«No es posible que el señor Iglesias entre en el gobierno porque tenemos desavenencias muy importantes en el ámbito estatal», aseguró Sánchez en una entrevista televisiva.
A cuatro días del inicio del debate de su investidura, el líder socialista no tiene garantizados los apoyos para su reelección tras haberse frustrado las negociaciones con Unidas Podemos, el único partido relevante que puede apoyar su continuidad en el poder.
La principal discrepancia entre ambos radicaba en que el Partido Socialista (PSOE) de Sánchez quería formar un gobierno en solitario, mientras Unidas Podemos exigía un Ejecutivo de coalición a cambio de su apoyo.
Sin embargo, el líder socialista aclaró que el PSOE ya ofreció un gobierno de coalición y que «el principal escollo para que exista» es el empeño de Iglesias de entrar en el Ejecutivo, algo para lo cual «no se dan las condiciones», argumentó.
«Hay tres motivos: uno es el político, ya que es evidente que tenemos semejanzas en políticas sociales pero también discrepancias», entre las que destacó las políticas de Estado frente a la crisis catalana.
«Iglesias habla de presos políticos, y yo necesito un vicepresidente que defienda la democracia española», argumentó Sánchez, quien recordó que en los próximos meses el gobierno tendrá que afrontar la sentencia del Tribunal Supremo español sobre los líderes del fallido proceso de secesión catalán de 2017.
Según el líder socialista, la segunda razón para rechazar la incorporación de Iglesias es «funcional», porque el líder de Unidas Podemos «no garantiza una responsabilidad respecto a las decisiones que están tomando integrantes de su partido», poniendo como ejemplo el caso del gobierno regional de La Rioja, donde una diputada de la fuerza de izquierda vetó la elección de una presidenta socialista. Finalmente, el presidente y aspirante a la reelección recordó que Iglesias dijo que «no se fía» de él.
Antes de la entrevista, se filtró a la prensa que Sánchez dijo a la conducción del PSOE que Iglesias le había pedido ser «vicepresidente social», además de que Unidas Podemos controle el Ministerio de Trabajo, Hacienda y la Comunicación.
«El 99,9% de las conversaciones con Iglesias estas semanas no han sido de contenidos, sino sobre cargos», reveló Sánchez. En la recta final de la entrevista con el canal La Sexta, recordó que su última oferta de incorporar al Consejo de Ministros personas cualificadas de Unidas Podemos, «sigue en pie hasta la próxima semana».
De ahí que pidió a Iglesias «dar un paso atrás» para llegar a un acuerdo, y evitar que un «no» en la votaciones que tendrán lugar el 23 y 25 de julio acabe con la posibilidad de un gobierno de coalición.
Podemos consultó a sus bases si debían exigir entrar en el Ejecutivo a cambio del apoyo a Sánchez. El resultado posiblemente se conocerá a última hora de hoy o mañana. A menos que Iglesias renuncie a entrar en el Ejecutivo, todo indica que Sánchez se dirige a una investidura fallida que coloca a España más cerca de nuevas elecciones.