Opinión

Vox pasó de cero a doce diputados en Andalucía

España estrena ultraderecha


  La excepcionalidad era extraña en un continente en el cual campea el miedo a la amenaza externa. El miedo a los inmigrantes. Vox pasó de cero a doce diputados en Andalucía. Contribuyeron a su escalada el desempleo, la precariedad laboral, la sensación de arrebato de puestos de trabajo por parte de extranjeros y las sospechas de corrupción del PSOE, en el gobierno nacional después de la moción de censura que tumbó a Mariano Rajoy e impuso al presidente Pedro Sánchez. También influyó el independentismo de Cataluña, cual desafío para los españoles frente al peligro de ruptura de su integridad territorial.  Las de Andalucía fueron las primeras elecciones tras las catalanas de 2017. Sánchez arribó a La Moncloa con el voto de los independentistas catalanes, luego desencantados con la falta de apoyo a su causa. Con un ala derecha fragmentada entre el Partido Popular (PP) y Ciudadanos, Vox encontró la veta para filtrar su discurso: nacionalismo; ley de memoria histórica (mientras el gobierno de Sánchez insiste en remover la tumba de Franco del Valle de los Caídos); alabanzas a las fuerzas de seguridad; muro contra los indocumentados en Ceuta y Melilla, al estilo Donald Trump, y rechazo al aborto y al matrimonio homosexual.  Vox planteó en clave nacional la campaña en Andalucía, donde la falta de alternancia durante más de tres décadas creó una suerte de feudo socialista y donde la escasa participación de los votantes, la más baja desde 1990, iba a dejar todo en manos de los convencidos. Era el primer paso. En 2019 habrá elecciones europeas, autonómicas, municipales y, de decidirlo Sánchez, nacionales. El plan de 100 puntos de Vox, presentado por su líder, Santiago Abascal, en el Palacio Vistalegre, de Madrid, no incluye un solo párrafo sobre los asuntos regionales, excepto suprimir la cámara en la cual contará con doce escaños.  En otros países europeos, el crecimiento de la ultraderecha llevó a los partidos de centro a endurecer sus posiciones sobre la inmigración. España tiene ahora un Trump o un Jair Bolsonaro capaz de capitalizar el descontento popular. El 40 por ciento de los habitantes de Andalucía, la comunidad más poblada del país, corre el riesgo de caer en la pobreza. Si la presidenta de la Junta, Díaz, alimentó a Vox, como la acusa Podemos desde la izquierda, Rajoy alimentó a Podemos, como lo acusa el PSOE desde el centro. La aguja siguió su curso, dio ahora en la ultraderecha y soltó un chirrido. El chirrido del despertador para los moderados, aislados de la sociedad.  (*) Periodista, dirige el portal de información y análisis internacional El Ínterin, y es columnista en la Televisión Pública Argentina.]]>