Gabriela, delegada gremial de Amsafé, contó lo que vive la comunidad educativa de la N° 364 atravesada por un sin fin de problemas entre falta de servicios, inseguridad y escasez de personal
Por Gonzalo Santamaría
A metros de la cancha de Coronel Aguirre yace la escuela N° 364 “Soldado Aguirre” que el pasado 13 de marzo festejó más de 30 años al servicio de la comunidad de Villa Gobernador Gálvez. Aunque no fue un tan feliz cumpleaños ya que hace varios meses que se encuentran sin el servicio de gas natural, sumado a los constantes robos que perjudican el servicio de agua. Eso sí, fue una celebración numerosa ya que las maestras allí ofrecen clases para cursos que tienen entre 50 y 60 alumnos. CLG habló con Gabriela Morales, docente hace 11 años y delegada gremial del establecimiento educativo, que detalló la cruda realidad en la que los chicos aprenden. “Es bastante complicada la situación que atravesamos, somos una escuela con una cantidad de chicos impresionante, tenemos 790 alumnos en dos turnos y hay problemas por todos lados”, dijo en sus primeras palabras.
Entre las fallas, Morales identificó cuatro baños, dos para chicos y dos para chicas, para alrededor de 400 alumnos (por turno), falta de agua y de gas, este último complica la entrega de la copa de leche y la merienda a los estudiantes. “Esto es algo importantísimo para estos chicos que viven en una situación de vulnerabilidad porque para muchos es la primera comida del día, tanto para los que vienen a la mañana o la tarde”, detalló la docente, que aclaró que entregan alimentos fríos pero rápidamente se preguntó: “¿En invierno qué vamos a hacer?”
Al gas natural se lo cortaron en diciembre, el agua falla por hechos de inseguridad y cuando no es el vandalismo “se rompe la bomba”, contó la maestra. ¿Calefacción? Nunca ya que, si bien estaba la conexión de gas natural funcionando hasta 2021, jamás se instalaron las pantallas, ni siquiera eléctricas.
“Ahora se suma que luego de la pandemia creció el número de chicos en la escuela y faltan cargos también, tenemos dos preceptores por turno, dos porteras y una secretaria para toda la escuela, no alcanzan”, reclamó Morales y contó que hay cursos que dan clases con 60 alumnos en un aula diseñada para 28 o 30 estudiantes máximo. “Los chicos se sientan pegados al pizarrón, los docentes no tenemos lugar para escribir”, fulminó ante CLG.
Morales además reveló que se envió el presupuesto para construir una nueva aula y así descomprimir uno de los dos nuevos cursos que se abrieron en 2022, pero que al ser “todo muy burocrático” todavía no se sabe donde la van a hacer: “Es todo muy burocrático y prima por encima del sentido común, esa obra ya tuvo que empezar en febrero para tener un aula nueva en el inicio de clases”. En este sentido, deslizó que hay otros cuatro cursos que esperan su desdoblamiento para una mejor educación.
Antes de la llegada de la pandemia también existían los cursos muy numerosos. “Y trabajábamos igual”, recordó la mujer y afirmó: “No nos dábamos cuenta, ahora ya entendimos que no podíamos trabajar así, que es antinatural, por eso los reclamos”.