En modalidad virtual y presencial, permite disfrutar hasta este domingo de ferias editoriales, intervenciones artísticas, talleres literarios y mesas de lecturas
Por Mateo Fabre – Télam
Con un homenaje a Tamara Kamenszain y la presentación del libro de poesía del actor Diego Capusotto, poetas y lectores de todo el mundo participan del Festival Internacional de Poesía de Rosario (FIRP) que, en modalidad virtual y presencial, permite disfrutar hasta el domingo próximo de ferias editoriales, intervenciones artísticas, talleres literarios y mesas de lecturas, como la que protagonizó el poeta brasileño «de las periferias» Sergio Vaz junto a reconocidos autores locales.
La jornada del jueves, que abrió la agenda más fuerte del festival que se extenderá hasta este domingo, se desarrolló en la Sala Lavardén, una de las sedes centrales donde se brindó un homenaje a la inconmensurable poetisa y ensayista argentina Tamara Kamenszain, quien falleció a los 74 años en julio pasado, a poco de publicar su último libro, «Chicas en tiempos suspendidos».
La doctora en letras y ensayista rosarina Sandra Contreras guió el tributo con un recorrido por la vida y obra de la autora, y un video del archivo del propio festival recuperó la imagen y la voz de Tamara en una lectura de sus textos que emocionó al público, en esta 29ª edición del encuentro que se inició el lunes último y tiene lugar, además, en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa, el anfiteatro del Centro Cultural Parque de España y las calles de la ciudad.
Con la voz quebrada por la emoción, Contreras recordó las enseñanzas de su amiga, maestra y colega: «A la realidad, decía Tamara, hay que aprenderla de memoria porque es la presentificación del presente. Es el tiempo con el que la poesía sabe trabajar. El presente, ese tiempo que Tamara atravesó, interrogó, vio venir, y que auscultó y experimentó del sentido fuerte de un presente vivo y también de una prueba».
«El enorme valor -continuó- que le daba a lo performático es una de sus señales. Las lecturas en vivo, las de Batato Barea, Cabral de Melo Neto y Nicanor Parra forman parte de la antología de Libros Chiquitos. Es la intensidad de la palabra que se vuelve acto que Tamara buscaba y encontraba en su pasión por el teatro».
A su vez, resaltó: «Tamara escuchaba. Escuchaba lo que se decía, escuchaba lo que escribíamos, escuchaba lo que teníamos para decirle sobre lo que ella escribía. Todos supimos de ese oído atento, generoso y hospitalario. Todos la vimos practicar esa escucha y convertirse en esa práctica en la gran lectora del presente».
«Leía sin escrúpulos, sin prejuicios y también sin temor con la pura pasión de la curiosidad lo que se escribe hoy», sostuvo.
«Pienso entonces hoy, en esa trama compuesta de escucha y tiempo presente como uno de sus más preciosos y amorosos legados», apuntó.
También, dedicó un fragmento a su gran legado feminista, por el que «marchó entusiasta e intransigente en las calles», y que «se escribe en su último libro con dos palabras dulces -poetisa y chicas- que llama a usar menos como estandarte que como pañuelos atados a la garganta».
De esa forma, el auditorio completo de la Sala Lavardén dijo «hasta siempre Tamara», entre lágrimas y aplausos.
Al homenaje le siguió la primera mesa de lecturas, en la que la poeta santafesina Gabriela Schumacher leyó versos de su último libro, editado este año, «Golpe de frío», en el que reconstruye imágenes de la infancia para reflexionar sobre el lenguaje y la poesía; y poemas inéditos que dedicó a las víctimas de la pandemia.
En tanto, el autor bonaerense, Juan Fernando García, hizo un breve recorrido de lecturas de sus libros «La arenita» (2000), «Ramos generales» (2006), «Morón» (2014), «Carapachay» (2017), «Temporales» (2018), «Abril» (2020), «Frente al bosque de pinos» (2021), y versos aún no publicados a los que llamó, «Charo los poemas de mi padre».
A través de una pantalla gigante sobre el escenario, se hizo presente el autor brasileño, Sérgio Vaz, conocido mundialmente como «el poeta de la periferia» y quien se autodefine como un «agitador cultural».
Desde su casa en Sao Paulo, Vaz recitó de memoria y con tono performático los poemas «Los miserables», «Amor con fin», «Nuevos días», que fueron recibidos con aplausos por el público.
Mientras tanto, en la esquina peatonal de Córdoba y San Martín, los poetas y poetisas locales Silvina Giaganti, Vicky Lovell, Marianela Luna y Diego Suárez, realizaron lecturas desde una vidriera para el público circunstancial que paseaba por esa zona comercial, como forma de intervención pública de las letras en una ciudad ávida de poesía.
Más tarde, en la segunda mesa de lecturas, el poeta trans no binario de Tucumán Mateo Diosque disparó versos como en una Batalla de Gallos o una improvisación callejera de Rap. Los poemas respondieron a una seleccionados de sus poemarios «Mariquita» (2019) y Desentierro (2021); y los escritos aún inéditos, «Escondo palabras para que la fantasía deje de comerse cruda a la realidad» y «La tormenta no será significante de verano de nuevo».
A su turno, la escritora italiana, Francesca Serragnoli, autora de «Il fianco dove poggiare un figlio (2003), «Il rubino del martedì» (2010), «Aprile di là» (2016), y «La quasi notte» (2020), entre otros libros, participó virtualmente desde Bolonia repasando fragmentos de su obra más reconocida en su idioma original.
La encargada de cerrar esta segunda mesa de lecturas fue la artista local Lila Siegrist, quien recorrió su obra con una selección de escritos que comenzó con lecturas de «Vikinga criolla» (2012), pasó por «Te quiero abrazar mucho» (2020) y finalizó con sus versos más nuevos.
El público pudo escuchar además de su propia voz, poemas como «Los patos y la felicidad», «Editar», «Congregacional», «Flotar en la turbulencia», «Pasan caballos» y «Tangara».
En el cuarto día del evento, también hubo lugar para la presentación del esperado libro de poemas «Lo que teme la noche» (2021), del actor y guionista Diego Capusotto, quien dio una entrevista virtual en la que contó que no fue la pandemia lo que lo llevó a escribir sino «una angustia existencial». De hecho, afirmó que, si hubiese escrito ese libro cinco años, «hubiese sido el mismo».
El libro es un poemario en el que los escritos oscuros, existencialistas, políticos y redentorios de Capusotto, se mezclan y complementan con las fotografías en blanco y negro del artista Daniel Berbedés.
«Hubo una idea en común entre lo que él hace con las fotografías, y las imágenes que yo ponía en palabras. Se generó una especie de unidad. En ese proceso, los dos nos apropiamos de la idea y de lo que podía circular ahí», explicó el autor.
Al referirse al título del libro, indicó que «la pregunta es qué es lo que teme eso que nos asusta, son preguntas para indagar en el misterio y nunca en la certeza».
El libro bucea en «fantasmas» y tiene siempre presente «la finitud, la muerte», pero también «hay algo que es la contraofensiva», que «no es solo la posibilidad de una derrota inapelable, sino que, en la poesía hay una resistencia frente a lo que nos obtura o nos quiere encerrar».
«Hay mucho de pararse y enfrentar porque es una pulsión que también tengo y uno pasa por un proceso sociopolítico en donde es necesaria una resistencia», afirmó.
El Festival Internacional de Poesía de Rosario continuará hasta este domingo, con múltiples actividades gratuitas para escritores, lectores, editoriales especializadas y recitales de música al aire libre.