En la primera semana del último mes del año, la conflictividad laboral creció en todo el país
En la primera semana de diciembre, la conflictividad laboral creció en todo el país con cierres abruptos de fábricas, despidos y paralizaciones. Los trabajadores y sindicatos responsabilizan principalmente las políticas de ajuste del gobierno de Javier Milei, la caída del consumo y el impacto de las importaciones sobre la producción nacional.
En el sector textil, la fábrica bonaerense Hazan Silvia anunció su cierre dejando a 50 empleados en riesgo, aunque la conciliación obligatoria frenó temporalmente la medida. Otros establecimientos de la zona también cerraron o redujeron personal. En Mar del Plata, la conservera Marechiare clausuró su planta y despidió a 40 trabajadores por caída de ventas y competencia importada.
La crisis también golpea a la industria metalúrgica y automotriz. Ascensores Cóndor, en Ituzaingó, está prácticamente paralizada y adeuda salarios. Electropart, en Córdoba, despidió a ocho empleados sin indemnización, mientras plantas como PLA by John Deere enfrentan nuevos recortes. En el sector automotriz, GM continúa reduciendo personal y Peugeot paralizó la producción por más de un mes, afectando a proveedores y multiplicando el impacto laboral.
El cierre de Whirlpool en Pilar generó un fuerte “efecto dominó” en pymes proveedoras, con despidos y suspensiones masivas.
En el comercio mayorista, la cadena Caromar cerró al menos cuatro sucursales y dejó más de 200 trabajadores sin empleo, aplicando el Artículo 247 para pagar solo el 50% de las indemnizaciones. Los gremios denunciaron el accionar como injustificado.
En conjunto, los conflictos reflejan un deterioro acelerado del empleo industrial y comercial, con gremios en alerta y diversas medidas de protesta en marcha.