El arzobispo de Malta, Charles Scicluna, enviado especial del Vaticano a Chile para escuchar testimonios sobre las denuncias contra el obispo Juan Barros por encubrimiento de abusos sexuales, se reunió este martes con denunciantes de abusos de la Congregación Marista.
Después de ser dado de alta el viernes tras ser sometido de urgencia a una operación de vesícula, Scicluna retomó su tarea de escuchar los testimonios de víctimas de abusos del sacerdote Fernando Karadima que el obispo Barros habría encubierto.
Pero este martes, fuera del mandato originalmente previsto, Scicluna recibió al vocero de las víctimas de supuestos abusos sexuales de Karadima al interior de colegios de la Congregación Marista en Chile, Isaac Givovich.
«Fui convocado por la secretaría del Nuncio a reunirme con el monseñor obispo de Malta para entregarle testimonio sobre mi situación y la situación de lo que hemos vivido una numerosa cantidad de víctimas de abusos sexuales eclesiásticos en la Congregación de los Hermanos Maristas», comentó Givovich a periodistas al llegar a la reunión.
En los últimos meses, decenas de víctimas de los colegios Alonso de Ercilla y Marcelino Champagnant han denunciado una serie de abusos por parte de religiosos de la congregación.
El médico Juan Concha, hoy de 55 años, narró los abusos sexuales que sufrió desde los 10 años cuando ingresó a un colegio de la Congregación.
«Viví un eterno juego perverso», dijo Concha en una reciente entrevista con la AFP.
Juan acusa directamente a los hermanos maristas españoles José Monasterio -ya fallecido- y Abel Pérez, quien fue separado del cargo por la propia congregación y permanece bajo investigación judicial.
En agosto del año pasado, la Congregación Marista presentó una denuncia ante la Fiscalía chilena contra Pérez, acusado de haber abusado sexualmente de 14 menores en dos colegios.
La denuncia se concretó siete años después de que Pérez confesara ser el autor de abusos prolongados por tres décadas. El religioso fue separado de toda actividad con niños y enviado a una residencia de la comunidad en Perú, según medios locales.
El viaje del Scicluna a Chile fue ordenado por el papa Francisco para escuchar a las víctimas de Karadima, condenado en 2011 por el Vaticano a «retirarse a una vida de oración y penitencia», y laicos que se oponen a que Barros sea el obispo de la ciudad de Osorno (sur).
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