En el libro “Clásicos”, el periodista realizó una investigación histórica sobre los enfrentamientos más emblemáticos del fútbol argentino
Por Ariel Gómez – Especial para CLG
Con una larga trayectoria en los medios, el periodista Alejandro Fabbri publicó “Clásicos. Pasado y presente de las grandes rivalidades del fútbol argentino”, su último libro, editado por Planeta, en el que realiza una investigación que propone “acercarse al origen, el desarrollo y la historia deportiva de los clásicos, un condimento imprescindible para entender el alma futbolera”.
“No lo pudimos presentar en la Feria del Libro de Buenos Aires por la pandemia pero es un trabajo que salió y tuvo una buena respuesta. Es un libro de 550 páginas, a pesar de que faltaron clásicos, y que todavía no sabemos porqué, como Racing vs. San Lorenzo y los de la Patagonia, de Río Negro a Tierra del Fuego. La idea fue no solo contar los clásicos tradicionales o los de Primera, sino también los del ascenso, los que no se juegan más, los nuevos y los de todas las provincias”, dice el autor en diálogo con CLG. “Es contar el origen de los clásicos, y también las rivalidades, porque hay algunos partidos que son más rivalidades que clásicos”.
El partido ante el clásico es el más esperado del año. El que todos buscan apenas está listo el fixture de cada torneo. El partido ante el rival de toda la vida. Un encuentro que divide un país, una región, una ciudad, un pueblo o un barrio. El día que el “ellos” y nosotros” alcanza su mayor ebullición. Sobre esas rivalidades, Fabbri da el ejemplo del enfrentamiento del sur del Gran Buenos Aires, entre Lanús y Banfield, del que sostiene que “es un clásico de los últimos treinta años. Ambos han salido campeones, jugaron la Copa Libertadores, se enfrentaron muchas veces en el Nacional B o en la vieja Primera B. Pero hablando con amigos me enteré que en 1977, cuando Platense lo manda al descenso por penales a Lanús en cancha de San Lorenzo, en un partido que fue muy recordado por ser la primera final por el descenso que se definía por penales, la hinchada de Banfield estaba junto a la de Lanús en la cabecera de la Avenida La Plata con una bandera grande que decía ´Banfield y Lanús, unidos en el sur´. Esto me lo dijeron y ratificaron personas de ambos clubes” y agrega que “la rivalidad comienza en la década del 80, cuando nace la B Nacional, porque el viejo clásico de Lanús era Talleres de Remedios de Escalada, ya que ambos jugaron juntos en Primera hasta el año 1938. Esa zona, de los partidos de Lomas de Zamora y Lanús, tiene el clásico Lanús – Banfield, que es el que acapara y hasta algunos medios lo titulan como el ´Clásico del Sur´, pero el sur es muy grande y tiene muchos equipos. Banfield tiene una enemistad con Los Andes pero el rival histórico de éste es Temperley, un clásico de muchos años del ascenso. A su vez Temperley también es rival de Banfield”.
Fabbri es periodista desde 1976. Trabajó en los diarios Clarín, La Voz, La Nación y El Heraldo, y en las radios Continental, Belgrano, Mitre, Del Plata y AM750. Desde 1994 se desempeña en TyC Sports.
En el recorrido futbolístico y geográfico que tiene el libro, se incluye un capítulo completo de los partidos importantes de la provincia de Santa Fe, con los dos más emblemáticos, como son Central vs. Newells y Colón vs. Unión, pero también con lugar para otros grandes enfrentamientos. Así nos encontramos con los partidos históricos de ciudades como Firmat, Casilda, Sunchales, Reconquista, Rafaela y Las Parejas. Para Fabbri el fútbol no es sólo de Buenos Aires. “Tengo un criterio federal. Soy ´porteño´ pero no tengo la cabeza para pensar solo en Buenos Aires. Siempre decimos lo mismo. La AFA no es la Asociación del Fútbol Argentino, sino la ‘Asociación Metropolitana de Fútbol´. Se dice ´fútbol argentino´ y en realidad es el `campeonato de Buenos Aires y alrededores`. Está bien que en el 86 se creó la B Nacional, que se amplió el espectro y que, desde hace un tiempo, los torneos son federales. Pero vale lo mismo la B Metropolitana que el torneo Federal, cuando la B Metro tiene la mitad de sus equipos sin ninguna importancia en cuanto a significación protagónica, y en el Federal A hay muchos que podrían estar jugando tranquilamente en el Nacional o en Primera”.
Ante la consulta de cuál es el clásico “más picante” del país, Fabbri no duda: el de Rosario. “Por el nivel de locura que envuelve a los hinchas”. Y, más allá de la racha de los últimos de Rosario Central, considera que es “el clásico de los miedosos, porque de tanto protegerse para no perder y no recibir la cargada del rival, empatan. Es el clásico con mayor cantidad de empates del país”.
Hizo programas en Canal 7 y Canal 9. Fue redactor de las revistas deportivas Goles y El Gráfico, y comentarista de Fútbol de Primera y de Fútbol para Todos entre 1989 y 2016. Cubrió cuatro mundiales en el exterior, los sub 20 de Qatar (1995) y Malasia (1997), además de los Juegos Olímpicos de Pekín (2008). Publicó los libros El nacimiento de una pasión, Historias negras del fútbol argentino y Nuevas historias negras, El nacimiento de una pasión continental e Historias secretas de los Mundiales.
Reconocido hincha de Platense, Fabbri cuestiona a los denominados Cinco Grandes, ese grupo de clubes que componen River, Boca, Racing, Independiente y San Lorenzo. “Para mí no hay cinco grandes, por lo menos hay nueve y, en parte, es tarea del periodismo hacer hincapié en eso, con este centralismo porteño absurdo, porque tanto Rosario Central como Newells, Estudiantes y Vélez, y si me apuras, te puedo poner cerquita a Huracán y Talleres, a esta altura son equipos grandes, no son chicos. Hay que ampliar el espectro de los cinco Grandes. En Brasil había cinco y hoy hay trece grandes. En Argentina son siempre los mismos”.
Desde hace un tiempo, en nuestro país está la discusión sobre la valoración del fútbol argentino amateur. Para algunos, solo se debe contar los títulos y campeonatos a partir de 1931, cuando comenzó el profesionalismo.
Ante la consulta de por qué cree que hay una corriente que niega casi cincuenta años de historia, Fabbri dice que “hay varias razones. La primera es que durante muchos no hubo investigación ni bibliografía sobre la época del amateurismo. Se recordaba a determinados jugadores o se hablaba de Alumni, del Racing campeón de la década del 10, pero en general no se tenían los datos cerca, había que ir a una biblioteca. Hasta que esos datos comenzaron. Y la discusión fue grande, porque en determinado momento los que hacemos historia del fútbol, que investigamos, vamos a las bibliotecas y buscamos datos, concluimos el trabajo de los partidos del amateurismo de primera división. Hoy están todos los partidos, con las respectivas formaciones, los árbitros y los autores de los goles, aunque puede haber errores en los goleadores, como ha habido siempre, porque hasta 1949, con casi 20 años de profesionalismo, las camisetas no tenían números. Además, también, la AFA nunca se tomó el trabajo de preguntarse porqué en las Memorias y Balances de la década del veinte no estaban los datos de los partidos, nadie se preocupó. Pero cuando se publicitó, que no fue hace tanto tiempo, te diría en este siglo, esos datos reflejaron como Boca, Racing y Huracán ganaron más campeonatos que River, Independiente y San Lorenzo. Así, los hinchas de esos equipos y los periodistas hinchas de esos clubes, iniciaron una campaña contra el amateurismo por la sencilla razón de que sus equipos habían ganado menos títulos que los otros. La finalidad de esto no fue competir quién tenía más títulos sino visibilizar una época que estuvo ignorada por el periodismo. Si no computáramos el amateurismo, no podemos contar la Copa América que comenzó a jugarse en 1916, ni los Juegos Olímpicos con Argentina ganando la medalla plateada en 1928, ni los mundiales de 1930 y 1934 ni los primeros cuatro años de la liga profesional de Buenos Aires porque no estaba reconocida por la Fifa”, cerró.