La cifra "triplica el impacto que tuvimos en la gran recesión de 2007-2009", aseguró el secretario General de la Organización Mundial de Turismo (OMT), Zurab Pololikashvili
El impacto económico sobre el sector turístico mundial en los primeros cinco meses del año, como consecuencia de la pandemia de la Covid-19, fue de 320.000 millones de dólares, «lo que triplica el impacto que tuvimos en la gran recesión de 2007-2009», aseguró el secretario General de la Organización Mundial de Turismo (OMT), Zurab Pololikashvili.
En un texto publicado hoy en el sitio oficial del organismo internacional, Pololikashvili describió como insuficiente la reapertura de las fronteras «a la luz de los anuncios y medidas recientes que parecen alejarse cada vez más de esa coordinación internacional que la OMT lleva pidiendo desde que eclosionó la pandemia».
«En estos tiempos inciertos, los ciudadanos de todo el mundo necesitan mensajes firmes, claros y coherentes, y lo que no necesitan son movimientos políticos que olviden el hecho de que solo unidos podremos ser más fuertes y superar los retos que afrontamos», aseguró.
Asimismo, destacó que quienes ocupan cargos de liderazgo e influencia «han reconocido la importancia del turismo para el empleo, la economía y el restablecimiento de la confianza», pero señaló que eso era «sólo un primer paso».
«Ahora deben hacer todo lo posible por lograr que la gente viaje de nuevo, siguiendo y aplicando todos los protocolos que forman parte de la nueva realidad», agregó.
El secretario General de la OMT apuntó a que desde el inicio dela crisis, el organismo remarcó que «los gobiernos tienen el deber de anteponer la salud de sus ciudadanos».
«Sin embargo -continuó-, tienen también la responsabilidad de proteger la actividad empresarial y el empleo», y en ese sentido advirtió que «durante demasiado tiempo, y en demasiados lugares, la balanza se ha decantado claramente por lo primero, y ahora estamos pagando el precio».
Pololikashvili destacó que en las últimas semanas «el turismo mundial ha liderado el camino para encontrar y aplicar soluciones que nos ayuden a adaptarnos a la nueva realidad mientras esperamos una vacuna que aún podría tardar muchos meses en llegar».
Describió entre estas medidas la realización de pruebas rápidas y rigurosas en puertos y aeropuertos, y las aplicaciones de detección y rastreo que «tienen potencial para impulsar el reinicio seguro del turismo, partiendo de la curva de aprendizaje de las personas y las sociedades durante estos difíciles meses pasados».
«Son soluciones que han de incorporarse plenamente, y no solo explorarse con cautela», porque, remarcó, «un retraso sería una catástrofe y pondría en riesgo todo el progreso alcanzado para convertir el turismo en verdadero pilar del desarrollo sostenible e inclusivo».
Advirtió que «las medidas unilaterales y cortoplacistas tendrán consecuencias devastadoras a largo plazo», al tiempo que «el turismo tiene una larga trayectoria demostrando su capacidad de adaptarse y hacer frente a los retos».