La OMT informó las graves consecuencias de la pandemia de coronavirus sobre el sector del turismo. Los datos estiman una pérdida de 320.000 millones de dólares
El número de turistas en todo el planeta se redujo un 56% en los primeros cinco meses de este año en relación al mismo mes de 2019, lo que significó una caída de 300 millones en la cantidad de llegadas, informó hoy la Organización Mundial del Turismo (OMT), que también indicó que en mayo pasado hubo un pico de 98%, aunque no precisó números de viajeros para ese mes.
Los datos señalan una pérdida de 320.000 millones de dólares en ingresos por turismo internacional para el período enero-mayo, equivalente a más del triple de los ingresos perdidos en el sector en la crisis económica global de 2009.
El secretario general de la OMT, Zurab Pololikashvili, consideró que las estadísticas «dejan clara la importancia de reiniciar el turismo tan pronto como sea seguro hacerlo» y advirtió que «la drástica caída del turismo internacional pone en riesgo el sustento de millones de personas, muchas de ellas en países en desarrollo».
En cuanto a la reactivación del turismo, el informe considera que está en marcha, pero la confianza es baja, al observar «un cambio gradual y cauteloso de tendencia, sobre todo en el hemisferio norte, y en particular después de la apertura de las fronteras en el espacio Schengen de la Unión Europea, el 1 de julio».
«Mientras el turismo regresa lentamente a algunos destinos, el índice de confianza de la OMT ha caído hasta mínimos históricos, tanto para la evaluación del período enero-abril de 2020 como en sus perspectivas para mayo-agosto», agrega.
Sobre las perspectivas a futuro, la mayoría del Grupo de Expertos en Turismo de la OMT espera que la actividad turística internacional se recupere en la segunda mitad de 2021 y una minoría estima que ello ocurrirá en la primera parte del año próximo.
Atentan contra esa reactivación, entre otros factores, «las restricciones de viaje y los cierres de fronteras que siguen en vigor en la mayoría de los destinos, la parálisis de los grandes mercados emisores como los Estados Unidos y China, las preocupaciones en materia de seguridad asociadas a los viajes, el rebrote del virus y los riesgos de nuevos confinamientos o toques de queda».
También la inquietud por la falta de información fiable y el deterioro del entorno económico aparecen como factores que minan la confianza de los consumidores, según el Grupo de Expertos de la OMT.
Pololikashvili sostuvo en el comunicado que «los gobiernos de todas las regiones del mundo tienen una doble responsabilidad: priorizar la salud pública y proteger a la vez los empleos y las empresas».
«Es preciso además que mantengan el espíritu de cooperación y solidaridad que ha definido nuestra respuesta a este reto compartido y que eviten tomar decisiones unilaterales que puedan socavar la confianza que tanto trabajo nos ha costado restablecer», afirmó el funcionario de Naciones Unidas.