Por Enrique Genovar
Imponer condiciones. Aunque a veces resulte una de las cosas más difíciles del fútbol es necesario. Y más en un partido como este, donde está en juego quién se queda con la fiesta de la ciudad. Pero más allá de esto, Central debe imponer su idea. Es que cuando no lo pudo hacer la pasó mal, más allá de que no conoce la derrota.
Ante San Lorenzo y Colón el Canalla no la pasó bien. Y esta cuestión tuvo que ver con que no impuso condiciones. El equipo de Diego Cocca aún no aparece como confiable cuando no tiene la pelota. Retrocede en la cancha y ese retroceso hace que los zagueros centrales terminen muy cerca de Jeremías Ledesma. En esos dos partidos los rivales lo manejaron, especialmente el Ciclón. Y si bien terminó sumando fue más por fortuna que por otra cosa.
Por este motivo el Canalla no se puede dar el lujo de que le impongan condiciones y más en un clásico en el que va a ser local. Claro que para ello deberá cortar los circuitos futbolísticos que arma Newell’s en la mitad de la cancha y contrarrestar la velocidad de los volantes internos que va a poner en cancha Kudelka. Pero además, no hay dudas, de que deberá jugar más que en Santa Fe y que en el Nuevo Gasómetro.
Serán claves las sociedades que puedan armar los volantes. Rius, Gil y Zabala deberán sí o sí jugar en conjunto. Los tres tratan bien la pelota, pero cuando se van de partido se les hace difícil tenerla y mucho más complicado le resulta recuperarla.
Un factor que puede ser determinante es que se juega en el Gigante. Central debe aprovechar la localía y tener todo el estadio a su favor. Sin dudas capitalizar esto le servirá para poder quedarse con el juego.
Claro está que hay miles de factores futbolísticos y emocionales en un partido y más en uno clásico. De lo futbolístico la cosa no parece ser difícil de dilucidar con respecto a qué debe hacer, de lo emocional es más incontrolable. Pero es sabido que las dos cuestiones se deberán conjugar para sacar la empresa adelante y que logren el objetivo deseado.