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En Uruguay el 70% de los alumnos asiste a las escuelas, pero subsisten las inequidades


Apoyados en la solidez del Plan Ceibal, un sistema de aplicación de tecnología en la educación que se desarrolla desde hace 12 años, Uruguay sostuvo un "retorno gradual" a las clases presenciales aunque asegura que "el sistema híbrido llegó para quedarse"

Pese a que todos sus estudiantes y docentes poseen una computadora con buena conectividad a internet, solo el 70% de los alumnos uruguayos volvió a las escuelas desde junio pasado, cuando se levantó la suspensión de clases, lo que refleja que «las inequidades del mundo real se trasladaron exactamente igual al mundo virtual», informaron las autoridades educativas de ese país.

Apoyados en la solidez del Plan Ceibal, un sistema de aplicación de tecnología en la educación que se desarrolla desde hace 12 años, Uruguay sostuvo un «retorno gradual» a las clases presenciales aunque asegura que «el sistema híbrido llegó para quedarse».

El ministro de Educación, Pablo da Silveira, durante un webinar organizado por la Universidad Torcuato di Tella al que accedió Télam, destacó al Plan Ceibal y «a la responsabilidad de la sociedad uruguaya a la que nunca se sometió a un confinamiento obligatorio» como claves para sostener la educación a distancia primero y las clases presenciales graduales después.

Pese a la vigencia del plan Ceibal -un sistema que entrega computadoras a todos los alumnos y a docentes de primaria y secundaria de ese país, con plataformas adaptativas y gratuitas y un buen nivel de conectividad-, «las inequidades que existían en el mundo real se trasladaron casi sin diferencias al mundo virtual», dijo el ministro.

«Pudimos observar que los alumnos que completaban menos tarea y que menos se conectaban pertenecen a los mismos grupos con más tendencia al abandono y la repitencia, por lo que esta situación se transformó en una de nuestras mayores preocupaciones», dijo Da Silveira.

Otra de las fenómenos que se observaron en Uruguay a partir de la pandemia fue «el vuelco masivo hacia las plataformas del Plan Ceibal desde el 17 de marzo que dictamos la suspensión de las clases presenciales», refirió el ministro.

Este programa, en el que el Gobierno uruguayo invirtió 600 millones de dólares desde su puesta en marcha, «no era muy usado por los alumnos y por los docentes antes de la pandemia, quizas porque desde sus inicios fue concebido desde la oferta hacia los alumnos a quienes concebían como usuarios», explicó.

Pero desde la suspensión de clases «los alumnos y docentes se volcaron masivamente y tuvimos que multiplicar por diez las plataformas», detalló el funcionario, mientras que los docentes que tenían un contacto muy bajo «hicieron ese enorme esfuerzo de conexión, muchos de ellos entre 12 y 14 horas por día». 

Destacó que la presencialidad «aporta un vínculo afectivo entre el docente y el alumno, en la capacidad del ida y vuelta mas cercano, pero la idea es que en un tiempo no muy lejano habrá un sistema híbrido, con una educación más personalizada con plataformas más adaptativas, que se van adecuando hacia lo que puede escribir el alumno».

Pese a toda esta adaptación, cuando Uruguay decidió volver a abrir las escuelas de manera gradual en junio pasado las tasas de presencialidad «no eran muy altas».

Pero hoy las tasas «están por arriba del 70% siempre siguiendo el principio de no obligatoriedad de envío del niño a la escuela de parte de sus padres. Empezamos por cuatro horas por día cuatro días a la semana, salvo los miércoles y ahora lo elevamos a seis horas por día». 

Para Da Silveira «en una pandemia como esta no se puede planificar ni siquiera a mediano plazo. La estrategia fue paso corto y evaluación, ya que no se puede programar nada por lo que hay que tener previsto distintos escenarios y actuar en torno a cómo funcione el contexto».

Uruguay posee una matrícula escolar de alrededor de 1.060.000 alumnos y registra 1.536 casos de infectados por coronavirus , 43 muertos y 1.309 recuperados.