Por: Alejandro Maidana
El avance sostenido del importante paquete de reformas, parece no detenerse. Después del álgido debate previsional, quién logró la sanción de la cámara, hoy sin tanto ruido pero con mucha incertidumbre se va consolidando la tributaria.
Con la media sanción diputados, y esperando que se trate en el senado, esta reforma promete generar un nuevo descalabro en los bolsillos mas flacos.
Dicha reforma contempla entre otras cosas, que las bebidas azucaradas de limón tengan un impuesto del 4%, mientras que para el resto será del 8% entre otras modificaciones. Por último, los impuestos internos de las cervezas, aumentan de 8% a 14%, y no a 17% como se había anunciado días atrás.
Daría la impresión que la reforma tributaria transita sobre un camino allanado, todo lo opuesto al sinuoso sendero de la previsional. Claro está, que esto no significa que no pueda originar el mismo daño.
José Castillo es economista, profesor e investigador de la Universidad de Buenos Aires y de la UNICEN, en diálogo Con la Gente y EQC sostuvo sobre esta nueva reforma: “La Reforma Tributaria hay que verla en un marco de conjunto que conforma el paquete de ajuste. El gobierno está llevando a cabo una traslación de recursos de los sectores populares a los más favorecidos por las políticas de este gobierno, llámese empresarios, patronales y sectores financieros”.
El claro ajuste que están sufriendo los trabajadores, jubilados y personas de menores ingresos, tienen su anclaje en una política económica que no busca beneficiar a los mismos. “Hay privilegios, ósea baja de impuestos para los sectores de mayores recursos a costa de una continuidad de los impuestos regresivos para el consumidor”, indicó Castillo.
“En el caso de las empresas existe una continuidad en la tendencia, que ya venía desde el comienzo de la gestión Macri. Recordemos que su gobierno debutó con la eliminación de las retenciones a las megamineras, a las exportadoras agropecuarias, y al capital más concentrado. A esto se le agrega ahora una reducción en el impuesto a las ganancias en las empresas que “reinviertan”, lo cual es fácilmente truchable por cualquier contador que maneje los balances”, expresó el economista.
Sobre la reducción del gravamen dijo, “las empresas en lugar de pagar el 35% de impuestos a las ganancias, ahora abonaran el 25%. Una baja de 10 puntos, sin dudas este es uno los ítems que mas va a favorecer a este sector. Y aquí viene el problema de los consumidores, ya que van a pagar más, producto del aumento de algunos impuestos internos como lo son los volcados a la cerveza, cigarrillos, y otros. Impuestos que como el IVA, son los más regresivos y que impactan de sobremanera al bolsillo popular”.
Sobre los coletazos que pueden llegar a mediano plazo, José Castillo fue tajante: “Cabe destacar que una parte que se recaudaba a través del impuesto a las ganancias, el 20% hasta ahora, iba a financiar el ANSES para el pago de las jubilaciones, eso no va a existir más. Esto quiere decir que en un mediano plazo las cajas jubilatorias se van a vaciar, dándole paso a un nuevo arsenal de excusas”.
“Otro elemento importante, es que una parte de las contribuciones patronales se utilizan para financiar el ANSES, no van a hacerlo más, esto generaría un nuevo agujero fiscal. El desfinanciamiento del ANSES es el eje de lo que se está votando en estos días, insisto, sumado a la reforma jubilatoria, y aun presupuesto 2018 que trae consigo el ajuste a muchas partidas sociales. Lamentablemente esto no es todo, para febrero o marzo se estará discutiendo la reforma laboral, lo que puede ser la última estocada a la vida del trabajador”, concluyó.