Las terminales no sólo le permitirán a Alemania cortar su dependencia de Rusia sino que también podrá dejar de recurrir a los puertos de Bélgica, Francia y Países Bajos para recibir GNL, un proceso que le supone mayores costos de transporte
Alemania comenzó la etapa de pruebas para comenzar a operar en semanas su tercera terminal de Gas Natural Licuado (GNL), construida -al igual que las primeras dos- en tiempos récord para lograr reducir su dependencia del gas proveniente por gasoducto desde Rusia.
La terminal flotante Hoegh Gannet arribó ayer al puerto Elbehafen en Brunsbüttel, cerca de la ciudad de Hamburgo, para comenzar su etapa de prueba donde se testeará, entre otros puntos, la conexión de la terminal con las redes de gas de Alemania.
El puerto se ubica en la desembocadura del río Elba en el mar del Norte.
Se espera que el primer buque que transporta GNL, proveniente de Abu Dhabi, arribará a fines de este mes, de manera tal que se podrá inyectar gas a la red nacional a principios del mes próximo, según la agencia Bloomberg.
Al igual que las primeras dos terminales de GNL, el proyecto en Brunsbüttel fue realizado en tiempo récord, con la empresa energética RWE elaborando el proyecto, bajo ordenes del gobierno alemán, desde mayo del año pasado.
“Para principios de octubre, las fases de planificación y aprobación estaban ya en un punto donde los trabajos de construcción podían ser iniciados”, explicó la firma en un comunicado que también destacó que las autoridades de regulación “trabajaron rápida y efectivamente”, representando otro «punto clave» de la velocidad encarada.
El CEO de RWE, Markus Krebber, afirmó que “las terminales flotantes de GNL permitirán la importación de gas y, por tanto, reforzarán la seguridad en la oferta de Alemania”.
“La fuerte dependencia energética de nuestro país del gas de gasoducto de Rusia se acabará con el desarrollo de los buques. La rapidez en el cual se desarrolló el proyecto en Brunsbüttel deja estándares para continuar modernizando nuestra oferta energética, lo cual también es necesario para asegurar que Alemania se convierta en neutro en emisiones lo más pronto posible”, agregó.
La firma también detalló que los niveles de gas entregados por la terminal “aumentarán continuamente” una vez inaugurada a medida que se instalen otros componentes técnicos.
Con miras al futuro, además de la terminal de GNL, hay planes para instalar en Brunsbüttel una terminal de importaciones de amoniaco verde, un derivado del hidrogeno.
“Brunsbüttel es un importante paso para asegurarnos de suministro. Estamos superando nuestra peligrosa dependencia del gas ruso”, destacó en un comunicado el ministro de Economía alemán Robert Habeck.
Alemania, cuya oferta de gas dependía en un 40% de las importaciones desde Rusia a través del gasoducto Nord Stream, sufrió la reducción y posterior corte del suministro desde el comienzo del conflicto bélico entre dicho país y Ucrania.
Las terminales de GNL se presentaron como una solución rápida para asegurarse de suministro: además de la Brunsbüttel, ya se inauguró una en Wilhelmshaven, en el Mar del Norte, en diciembre; y otra en Lubmin en el mar Báltico, la semana pasada.
Se calcula que las nuevas terminales, que recibirán gas de paises como Qatar, Noruega o Estados Unidos; podrán cubrir cerca de un tercio de la demanda de gas de Alemania para el próximo invierno boreal, según estimaciones oficiales.
Las terminales no sólo le permitirán a Alemania cortar su dependencia de Rusia sino que también podrá dejar de recurrir a los puertos de Bélgica, Francia y Países Bajos para recibir GNL, un proceso que le supone mayores costos de transporte.