Un pequeño sindicato que representa a trabajadores administrativos de la policía, Vigi, llamó hoy a una huelga por tiempo indefinido a partir del sábado, lo que podría complicar aún más las medidas de seguridad, informó el diario Le Figaro. Aunque los sindicatos de agentes de policía no prevén paros, todos están preocupados ante un movimiento de protesta que no tiene líderes claros y cuyas protestas son fácilmente infiltradas por alborotadores de todo tipo. La policía ha recibido críticas por no haber podido evitar el sábado pasado serios daños al Arco del Triunfo y a lo largo de la famosa avenida de los Campos Elíseos, en el centro de París, así como por agresiones a manifestantes. Videos que circularon en Internet de policías golpeando a manifestantes en un local de comidas rápidas sobre los Campos Elíseos exacerbaron la indignación. Una vocera de la policía de París dijo hoy que se abrió una investigación por el incidente, y que la policía examinaba otros videos compartidos online en busca de posibles violaciones a las normas. El propio Macron, blanco principal de las protestas, no se ha mostrado en público en toda la semana, y medios franceses citaron hoy a una funcionario no identificado que dijo que el presidente no hará ningún pronunciamiento hasta el fin de semana. Luego de ganar con holgura las elecciones del año pasado, el líder liberal de 40 años se alienó el apoyo de muchos de sus votantes con medidas impopulares como un recorte de impuestos para los más ricos y por lo que muchos perciben como su elitismo. Mientras tanto, la alarma no deja de crecer en el gobierno. La ministra francesa de Ordenación del Territorio, Jacqueline Gourault, dijo este jueves al canal Bmftv que entre los chalecos amarillos «hay elementos violentos que quieren que Francia caiga en el caos» y que «hay riesgo de que las cosas vayan mal» el sábado en París. La Presidencia francesa advirtió de que ha detectado «un núcleo de varios miles de personas» que tienen intención de acudir a París «para destrozar y para matar» y pidió a los partidos políticos, a los sindicatos y a la patronal que lancen mensajes de calma. Este jueves, tras una reunión, las siete centrales sindicales más grandes de Francia señalaron que la protesta de los «chalecos amarillos» es «legítima» y reclamaron al gobierno que abra un diálogo, pero al mismo tiempo condenaron la violencia en las manifestaciones. Los sindicatos consideran que el gobierno debe dar respuestas «concretas» a problemas relativos al poder adquisitivo, vivienda, transporte, servicios públicos o los impuestos. El llamado del gobierno tampoco encontró una buena respuesta en el arco político. Los partidos de izquierda en el Parlamento francés anunciaron que presentarán el próximo lunes una moción de censura contra el gobierno por su gestión de la crisis de los «chalecos amarillos» y para presentar que «otra vía es posible».]]>
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La policía se organiza