Este martes por la mañana, en un acto realizado en la Planta de Tratamiento y Compostaje, la intendenta Mónica Fein junto a la secretaria de Ambiente y Espacio Público, Marina Borgatello, firmaron el acuerdo entre la Municipalidad y el Promudi (Programa Municipal de Inversiones) del gobierno provincial, para comenzar a construir, a partir del 1º de noviembre, la nueva planta de tratamiento de residuos reciclables. Dicho espacio procesará 50 toneladas de materiales reciclables por día y empleará a 40 recuperadores informales.
La obra implica una inversión total de 50.097.064 de pesos y en junio pasado fue adjudicada a la empresa DEISA a través de una licitación pública. El plazo de construcción de la planta, proyectada por la Secretaría de Ambiente y Espacio Público municipal, es de seis meses y tendrá capacidad para procesar 10 toneladas de residuos reciclables por hora.
Este nuevo espacio apunta a darle una escala aún mayor a las políticas de recuperación y tratamiento con los que cuenta la ciudad, apuntando directamente a aquellos materiales reciclables que son separados en origen a través de contenedores naranjas, centros de recepción y el servicio puerta a puerta. Además, le dará empleo a 40 recuperadores que estaban en el circuito informal.
En el acto, Fein expresó: “Desde la Secretaría de Ambiente seguimos creciendo para mejorar la disposición final de nuestros residuos. En este caso, los residuos que separamos en los contenedores naranjas, van a venir a esta planta para poder reutilizarlos y evitar su disposición final. Además, vamos a seguir trabajando con las cooperativas y se dará trabajo a 40 recuperadores, es decir, mayor sustentabilidad ambiental con mayor inclusión social”.
En este sentido, agregó: “Cada paso que damos es un desafío de seguir construyendo una ciudad sustentable pero también de inclusión social, y el Estado debe acompañar con el equipamiento necesario. Y también seguir avanzando en este camino trabajando junto a los vecinos y vecinas que separan sus residuos. Necesitamos una nueva cultura ciudadana donde todos y todas podamos cambiar y mejorar nuestros hábitos».
A través de esta gran obra, Rosario sigue apostando a profundizar sus políticas públicas de minimización, separación y tratamiento de residuos. Es importante señalar el valor inclusivo de esta iniciativa que empleará a ex recuperadores urbanos, que serán los encargados de supervisar los procesos mecánicos.
Asimismo, Marina Borgatello mencionó: “Como Estado municipal entendemos que tenemos que estar a la altura de las circunstancias, en una ciudad en la que son cada vez más los vecinos que separan los residuos. Lo hacemos trabajando en distintos ejes, mejorando la calidad de la prestación de los servicios, generando mejores oportunidades para separar, incrementando la cantidad de contenedores naranjas, los centros de recepción, aumentando la frecuencia de recolección y teniendo un servicio de recolección de materiales reciclables puerta a puerta en 25 barrios y 8 barrios verdes”.
“Esta inversión es muy importante porque nos va a permitir seguir trabajando en este sentido. En Rosario, el reciclaje es sinónimo de inclusión social, así opera nuestra Planta de Compostaje y así va a operar la Planta de Reciclables”, expresó Borgatello.
Cabe señalar que desde hace muchos años la ciudad asumió el compromiso de tratar los residuos como recursos, con la puesta en marcha de la Planta de Tratamiento y Compostaje de Bella Vista, que es modelo en Latinoamérica. Allí se tratan diariamente 120 toneladas por día, provenientes de la recolección domiciliaria.
Cómo funcionará la nueva planta
La nueva planta estará montada en una nave industrial de 1400 m2. Contará con una zona de recepción y acopio de residuos reciclables, provenientes de la separación domiciliaria, de grandes generadores y la fracción reciclable del rechazo de la planta de compostaje.
El proceso inicia con una separación de materiales voluminosos que no correspondan a la fracción deseada, los admisibles avanzan por un sistema de cintas transportadoras hacia una zona de extracción de envases de vidrio y bolsas de polietileno. El material restante se clasifica mediante un sistema mecánico automático que los separa en dos: envases en general (tridimensionales) y planos (bidimensionales). Cada una de estas fracciones serán clasificadas nuevamente en dos líneas diseñadas para tal fin, donde el personal operativo realizará la extracción en forma manual de los diferentes tipos de materiales reciclables. En una de las líneas se separará: aluminio, plástico mezcla, PEAD color, PEAD Blanco, PET cristal, PET verde, ferrosos y otros, y en la otra: film plástico, cartón, papel blanco, papel mezcla, tetra brik, ferrosos planos y otros.
La línea de clasificación se complementa con una línea de prensado continuo de materiales reciclables, la prensa enfardadora tendrá una capacidad de procesamiento de 250 metros cúbicos por hora. Aquellos residuos que no se separen continuarán en la línea y serán transportados hasta su descarga en camiones como material de rechazo para su posterior disposición final.