"Se están llevando puestas empresas de manera brutal", señaló el presidente de ENAC, Leo Bilanski
Más de 10.000 PyMEs cerraron los primeros ocho meses de gestión del presidente Javier Milei en un contexto de «recesión deliberada» aplicada por su gobierno, advirtió el presidente de la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales (ENAC), Leo Bilanski.
El dirigente señaló que «con el objetivo de bajar la inflación», que el sector empresario comparte, «se están llevando puestas empresas PyMEs de manera brutal».
«El ajuste parece que no lo está pagando la casta. Lo estamos pagando los empresarios PyMEs que invertimos y pagamos impuestos, además de los trabajadores que se quedan en la calle y no tienen un salario a fin de mes», expresó Bilanski.
La entidad realizó la semana pasada una manifestación en Plaza de Mayo para protestar contra la política económica aplicada por el Gobierno Nacional con el lema «Más industria nacional y menos motosierra».
Bilanski advirtió que el cierre de empresas ya le había ocurrido al Gobierno de Mauricio Macri, en su última parte, cuando también fue integrado por el actual ministro de Economía, Luis
Caputo.
«Estamos atravesando una recesión deliberada provocada por el gobierno nacional y el ministro Caputo en función de su política económica. Con el objetivo de bajar la inflación, con el que estamos de acuerdo, se están llevando puestas a las empresas PyMEs de manera brutal», subrayó el dirigente empresario en declaraciones a FM Búnker de Merlo.
Bilanski sostuvo que el Gobierno no está cumpliendo con la promesa de bajar impuestos a las empresas. «Desde que asumió (Milei) no se bajó ni un solo impuesto», señaló al respecto.
Además, marcó que se incrementa la recaudación de forma indirecta a través de la desregulación de precios de empresas estatales y monopólicas.
«Las empresas de energía, de gas, los combustibles, el sistema de salud, todas han subido, y son todos costos asociados a tasas impositivas. El Estado está permitiendo aumentos de precios con la lapicera en forma deliberada, que después se tornan en aumentos confiscatorios y recaudatorios a favor de Caputo», sintetizó.
Bilanski argumentó que con esos aumentos «se destruye el consumo y la demanda» a través del aumento de precios regulados, ya que «al trabajador le queda poco margen para adquirir bienes
durables e intermedios».
«Perdemos clientes y todo se cae a pedazos, porque nosotros también tenemos que pagar el gas y luz. El empresario, el comerciante solo puede sostener con su propio bolsillo seis meses
está recesión, después cierra y el trabajador queda en la calle. Dos meses de recesión ya es depresión», señaló Bilanski.