En el marco del Día Internacional de la Mujer que se conmemora este sábado 8 de marzo, se conocieron los resultado del "Estudio Lucía"
En la Argentina, casi un tercio de la población son mujeres en edad fértil y la planificación familiar sigue siendo un tema clave de salud pública.
En el marco del Día Internacional de la Mujer que se conmemora este sábado 8 de marzo, se conocieron los resultado del «Estudio Lucía», según el cual 8 de cada 10 mujeres usan anticonceptivos, pero el acceso a métodos de larga duración sigue siendo bajo.
Los métodos anticonceptivos acompañan a las mujeres en su vida cotidiana y, sobre todo, les permiten llevar adelante su proyecto de vida.
El acceso a la anticoncepción no solo es una cuestión de salud pública, sino también de autonomía, señalan especialistas que, además indican que, para hablar de planificación familiar y salud sexual, es necesario derribar mitos desde la innovación y la información.
La iniciativa Hoy Elijo, lanzada por Bayer, impulsa la toma de decisiones informadas sobre anticoncepción y el acceso a información sobre métodos de larga duración (LARCs), como el SIU, el DIU y el implante anticonceptivo, tan fundamental para muchas mujeres, especialmente adolescentes.
Los métodos anticonceptivos de corta duración son aquellos que se usan por períodos cortos de tiempo, como el preservativo -el único que funciona como barrera para las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS)- o diariamente, como la píldora anticonceptiva.
En tanto, los métodos de larga duración entre los que se encuentra el implante anticonceptivo, el DIU de cobre y el SIU, duran entre tres y 10 años y son reversibles, es decir, se pueden retirar cuando la mujer lo desee y la fertilidad retorna rápidamente al suspender el método.
Los métodos de larga duración (SIU, DIU e implante) deben ser colocados en una consulta ginecológica, son prácticos y no dependen de la intervención de la mujer que lo tenga, destacan expertos.
Sobre los mitos vinculados al SIU, la doctora María Elisa Moltoni, presidenta de la Asociación Médica Argentina de Anticoncepción (AMAdA), sostuvo: «Los métodos anticonceptivos de larga duración pueden ser utilizados en adolescentes desde el momento que comienzan a menstruar, dado que no afectan la fertilidad a lo largo de las etapas reproductivas, hasta la menopausia».
«Estos métodos les ofrecen ventajas en la vida cotidiana, al otorgarles adherencia al método, seguridad y libertad tanto a mujeres adultas como a adolescentes que hayan o no tenidos hijos, sin necesidad de depender de una toma diaria como las pastillas, volviéndolos cómodos, seguros y eficientes desde el primer momento», destacó.
Otro mito a derribar está vinculado a su colocación y posible dolor. Moltoni explicó: «Su colocación es en el consultorio médico. Una vez dentro del útero, libera una hormona similar a la progesterona de forma local. Su colocación puede hacerse en cualquier momento y no lleva más de 15 minutos, aunque es frecuente realizarla durante la menstruación, dado que además de asegurarnos que la paciente no está embarazada, el cuello del útero esta más permeable».
Si bien indicó que «la inserción puede ser molesta», dijo que «en la gran mayoría de las mujeres el procedimiento se realiza en forma sencilla y sin dificultades. Una vez colocado, se pueden sentir molestias las primeras 12 horas como cólicos, sangrado leve o dolores para lo cual se aconseja el uso de algún analgésico como el Ibuprofeno».
Los anticonceptivos de larga duración pueden obtenerse tanto en el sistema público como en el privado de salud.
En el sector público, todos los métodos están disponibles de forma gratuita, mientras que el SIU se brinda bajo ciertas indicaciones médicas.
En el sistema de prepagas y obras sociales, su cobertura debe ser del 100%, con algunas excepciones según cada prestador.
Especialistas destacan que es fundamental que las personas tengan una evaluación y un asesoramiento completo por parte de su médico, en donde se aborden las diferentes opciones anticonceptivas, reciban información clara y validada sobre cada método, se evalúe su historia personal, médica y que no presenten ninguna contraindicación para el uso de un método en particular, y así puedan decidir y optar por el método que más se adapte a sus necesidades, actividades habituales y preferencias personales.