Policiales

En juicio por crímenes de la Triple A, declararon que su finalidad era «provocar terror»


Gregorio Díaz, director del organismo especializado en DDHH Equipo Niksor, prestó declaración por videoconferencia en el marco del proceso que se lleva adelante por delitos de lesa humanidad en Bahía Blanca

Gregorio Díaz, director del organismo especializado en derechos humanos Equipo Niksor, afirmó hoy que «la finalidad de la Triple A era provocar el terror, la persecución ideológica y lo que se denominó como la guerra psicológica» al declarar en el juicio por crímenes de lesa humanidad que esa organización cometió en Bahía Blanca durante los años ’70.

Díaz brindó su testimonio por videoconferencia transmitida por el canal de audiovisuales de la Universidad Nacional del Sur en el marco del juicio en el que están acusados Roberto Aceituno (70 años), Juan Carlos Curzio (76), Héctor Forcelli (71) y Osvaldo Pallero (78) como integrantes de una asociación ilícita a la que se le atribuyen 24 homicidios agravados.

Díaz, de 71 años, nacido en Bahía Blanca recordó que estudió en el Colegio Don Bosco, y en el departamento de presupuesto fue elegido secretario general de la Asociación de Trabajadores de la Universidad Nacional del Sur (UNS) e integró «múltiples comisiones en el área de Educación».

«He visto en las testimoniales de este juicio, y lo que me llamó la atención y me apenó mucho, es que todavía existe un temor a declarar por parte de las víctimas. Conozco a muchos de los que testimoniaron, conozco su historia y trayectoria, sé que estaban asustados frente al Tribunal. Tantos años después de la dictadura demuestra que las políticas de terror y de guerras psicológicas que se llevaron adelante en Bahía Blanca y en toda Argentina, dieron resultado», afirmó Díaz.

«Cada uno de los responsables de estos actos, que para mí son crímenes contra la humanidad sin duda alguna, es responsable del temor que todavía tienen 40 años después personas que además no son víctimas directas para declarar ante el Tribunal», señaló.

En el marco de su testimonio, el director de Nikzor hizo referencia al rector interventor de la UNS, Remus Tetu (de origen rumano), al señalar que tuvo conocimiento por parte «de personas informadas que era un tipo que trabajaba para la CIA», la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos.

«Puede parecer ciencia ficción, pero los rumanos que emigraron a Estados Unidos y a Argentina después de la Segunda Guerra Mundial. Eran básicamente de ideología nacional socialista. Muchos tenían órdenes de captura por crímenes de guerra, esa gente fue absorbida por la CIA. El documento más relevante es un informe del archivo nacional estadounidense publicado por el Senado y que se llama Inteligencia y Nazis”, comentó.

En el marco del testimonio también dijo que “la finalidad de la Tripe A era provocar el terror, la persecución psicológica y lo que se conoce en los manuales de contrainteligencia como la guerra psicológica, si ustedes agarran las muertes lo que se llama en el argot de estos tipos muertes rituales”.

“Son las muertes que hacían en Guatemala con los indios, la DINA (Dirección Nacional de Inteligencia) en Chile”, sostuvo al comentar que en el “plan de exterminio eran matarlo y que no quedaran rastros”.

“Esas muertes rituales son para provocar el terror, la finalidad es crear una muerte que provoque terror, que todo el mundo tenga miedo de hablar”, expresó Díaz al indicar que a muchos testigos “todavía le dura el miedo, terror”.

“Eso es lo que provocaron y todavía no se pudo remediar en la Argentina”, afirmó al comentar además que “la Triple A de (Rodolfo) Ponce no era un grupo de locos, las armas se la daba la base naval de Puerto Belgrano, hay chismes de esa época que nos avisaban sobre eso”, agregó.

También el testigo sostuvo que la Armada Argentina había creado un cinturón de seguridad «soltando los perros, que eran la Triple A de Ponce, que salían a morder, a pegar gritos en la calle, a asustar, porque entre otras cosas usan gente conocida, no necesitan ocultar es al contrario, ponen tipos que trabajaban en los clubes de baloncesto, en las motos, lo sabe todo el mundo”.

“Necesitan aterrorizar a la población y se aterroriza cuando lo conoce al tipo, entonces le entra cagadera y pierda la consistencia de grupo social”, afirmó.

Díaz pidió también a las autoridades de la UNS que «reconozcan a las víctimas que hubo en esa época, que reincorporen a los no docentes aunque más no sea a título testimonial porque ya todos tienen más de 70 años, porque nunca hubo un reconocimiento de eso».