Ocho barcos balleneros han zarpado de los puertos japoneses de Shimonoseki y Kushiro este lunes, un día después de que Japón abandonara la Comisión Ballenera Internacional (CBI).
En vez de la moratoria sobre la captura comercial de ballenas adoptada por el país asiático en 1988, ahora Tokio autoriza hasta finales de este año la caza un número total de 227 ejemplares de cetáceos de varias especies.
«Me gustaría que a partir de hoy los balleneros capturaran ballenas respetando la cuota y que apuntaran a la reactivación de la industria ballenera», ha pronunciado el ministro de Pesca, Takamori Yoshikawa, en Shimonoseki.
La decisión de abandonar la CBI fue anunciada por el Gobierno japonés en diciembre del año pasado, según publicó RT.
Durante la últimas tres décadas, Japón ha llevado a cabo la caza de ballenas únicamente con fines de investigación, aunque los críticos consideraban que esta práctica se trataba de una fachada para la caza ilegal. El consumo anual de carne de ballena ha caído de 200.000 toneladas en la década de 1960 a entre 3.000 y 5.000 en la actualidad.