La Fórmula 1 ha rendido homenaje este domingo antes del comienzo del Gran Premio de Mónaco al campeón Niki Lauda, fallecido el lunes a los 70 años.
Antes de la salida se guardó un minuto de silencio en la parrilla en la que esperaban los monoplazas. Todos los pilotos llevaban una gorra roja, el color emblemático del expiloto austríaco, en la cual estaba escrita la palabra «Niki» en la parte delantera y había bordadas tres coronas de laurel en los laterales por sus títulos mundiales en 1975, 1977 y 1984.
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Las embarcaciones congregadas en el puerto del Principado hicieron resonar sus bocinas y campanas. Más allá de sus títulos como piloto, Lauda fue en sus últimos años vicepresidente no ejecutivo de la escudería Mercedes, cuyos dos monoplazas han salido desde la primera línea de la parrilla en el circuito monegasco.