En las últimas 24 horas, el país presidido por Donald Trump superó las 16 mil muertes por Covdi-19, Nueva York es el Estado que más sufre el virus con un total de 7.067 decesos
Estados Unidos superó este jueves los 16.000 fallecidos por coronavirus. En las últimas 24 horas, sólo en Nueva York, se registraron 799 víctimas fatales. En este contexto, los hospitales se apresuran a buscar camas y respiradores para las unidades de cuidados intensivos.
El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, ofreció en una conferencia de prensa los nuevos datos de fallecidos, que llegan a un total de 7.067 en todo el estado, y anunció que se contratará a empleados de otras funerarias para poder lidiar con el volumen de cuerpos porque ya las morgues colapsaron.
Cuomo indicó que de los más de 450.000 casos confirmados de Covid-19 del país, 159.937 personas dieron positivo en Nueva York, 10.621 más que el día anterior, lo que supone un aumento del 7% y un total de 16.267 muerieron.
Así, la ciudad homónima, principal foco de infección, presenta 87.028 casos frente a los 81.803 confirmados el miércoles y 5.150 fallecidos, según informaciones del diario local The New York Times.
Por segundo día consecutivo, Cuomo aludió a los ataques del 11 de septiembre de 2001 para explicar a los ciudadanos que el virus es, de la misma forma, «una explosión silenciosa que se extiende por la sociedad de la misma manera aleatoria y con la misma maldad» que los atentados, consignó la agencia de noticias EFE.
Sin embargo, a pesar del crecimiento del número de fallecidos, el gobernador destacó que la cifra de hospitalizados se estabilizó a un 2%, aunque 18.279 personas siguen ingresadas, 200 más que el día anterior.
Lo cierto es que en las últimas dos semanas, el número de pacientes hospitalizados creció de forma más detenida al pasar de un 20% cada día a un incremento de un punto porcentual diario esta semana, y así, en las últimas 24 horas el número de nuevas internaciones cayó a 200, frente a las más de 1.400 que llegaron a registrarse en algunos días de la semana pasada.
De modo tal que hoy el estado dispone de suficientes camas y equipos vitales, como respiradores, y se aleja de las peores proyecciones para las que se estaba preparando.
Según Cuomo, si la tendencia continúa, la cifra de internados comenzará dentro de poco a descender, lo que constituye una señal de que el virus sobrepasó su pico de contagio.
No obstante, no dejó de alertar a la población: «Todo el mundo cree que una vez que pasemos esto (el pico) ya habremos acabado. Yo no cantaría victoria tan rápido. Este virus nos ha llevado ventaja desde el primer día».
Cuomo ya había asumido la semana pasada: “hemos subestimado esta enfermedad desde el primer momento”, sin especificar si se refería solo a una autocrítica o si sus dichos también apuntaban al presidente Donald Trump, quien se mostró reticente a cerrar el país.
De hecho, el mandatario estadounidense aún no prohibió el movimiento y los vuelos entre estados, lo que propició que grandes cantidades poblacionales migren dentro del país huyendo de los centros de contagio y muevan el coronavirus de un estado a otro.
Tal es el caso de Florida, que desde que llegó la pandemia en marzo, los casos aumentaron a 16.364, las muertes a 354 y las hospitalizaciones a 2.149, según un informe divulgado este jueves por las autoridades de salud.
El alivio hospitalario que vislumbra Nueva York no es el mismo que el de otras zonas del país. En EEUU viven 330 millones de personas y solo hay 19.400 camas disponibles en las unidades de cuidados intensivos y al menos 20 de los 50 estados estadounidenses no tienen los recursos para atender a los pacientes más graves, según datos de la Universidad del estado Washington.
Por lo que, luego de la experiencia de Nueva York, muchos estados empezaron a acelerar sus preparativos para conseguir más camas y respiradores para sus unidades de cuidados intensivos.
Ante este panorama, los demócratas buscaron presionar en los últimos días en el Congreso para incluir 250.000 millones de dólares para hospitales en un nuevo paquete de estímulo de 2,5 billones de dólares para suavizar el parón económico, que dejó a 17 millones de personas sin empleo.
Pero, frente a los intentos de los demócratas, los republicanos contraatacaron con otra propuesta de 250.000 millones de ayuda para pequeños negocios.