Opinión

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En el periodismo no todo vale


Por Matías Gregorio

El índice de pobreza que publicó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) fue la noticia más esperada en la jornada de este jueves. Pero no sólo en el ámbito periodístico, sino en toda la sociedad. Es que después de la megadevaluación del peso, el aumento en las tarifas y la creciente inflación, se esperaba que los números no fueran positivos.

Finalmente, el organismo informó que la población que no cubre la canasta básica total trepó al 27,3% en el primer semestre de este 2018, lo que significó una suba del 1,6% respecto de diciembre pasado.

Los datos, más que alarmantes, dejan en claro que la gente no está para bromas. Y aún menos, para que la intenten engañar.

Minutos después del anuncio, la agencia estatal de noticias Télam -inmersa en una gran crisis y protestas luego de que 357 trabajadores fueran despedidos de sus cargos- publicó la información bajo el siguiente título: «La pobreza bajó un año pero subió en el primer semestre».

Mientras el presidente de la Nación, Mauricio Macri, reconocía en conferencia de prensa que la pobreza «refleja las turbulencias de los últimos meses” y que hubiera querido que “fuera distinta” la cifra, los gerentes de la compañía que retomaron la actividad de la agencia tras casi tres meses de interrupción, optaron por titular engañosamente. Es que si bien se verificó una disminución del 1,3% con relación a igual período de 2017, de continuarse la crisis que envuelve al país, los datos serán aún más desalentadores en el segundo semestre, meses donde se agravaron todos los frentes.

Es por esto que hay que decir bien alto que en el periodismo no todo vale. No vale jugar con la gente en tiempos donde tomarse un colectivo y hasta llegar a fin de mes cuesta cada vez más. Aún menos, vale intentar mostrar una realidad que no es, cuando cada vez más personas se quedan sin hogar y deben pasar cada noche durmiendo en un lugar donde no quisieran estar.

Al titular del Sistema Federal de Medios Públicos, Hernán Lombardi, y compañía, no les bastó con despedir a una gran cantidad de empleados con el discurso de que lo hicieron bajo un «análisis exhaustivo», sino que también están arrollando la ética que envuelve a esta profesión.

Corren tiempos difíciles, se viven épocas duras. En este contexto, al periodismo no le queda más que intentar dar su versión más clara de la realidad política, económica y social. Cualquier camino que se aleje de esa meta, será tan parecido como al de aquellos que día a día profundizan la crisis de Argentina.