Espectáculos

En el «Día de la Tierra», Disney+ lanza la serie «Secretos de las ballenas»


Los secretos de la filmación del impactante documental que estará disponible desde hoy en la plataforma

“Secretos de las ballenas”, serie documental producida por el cineasta James Cameron y Nat Geo y que desde hoy puede verse a través de Disney+, ofrece un acceso inédito a las profundidades de la cultura de los cetáceos y se propone demostrar que orcas, ballenas jorobadas, belugas, narvales o cachalotes tienen más similitudes con los humanos de lo que se creía.

Compuesta por cuatro partes y narrada por la reconocida actriz Sigourney Weaver, la serie llega hoy en coincidencia con el Día de la Tierra y se suma a varios contenidos disponibles en el catálogo de la plataforma y en los canales de National Geographic sobre la temática de la naturaleza y el medio ambiente.

“Secretos…” contó con la dirección y producción del realizador y defensor del medioambiente Brian Armstrong, quien en charla con Télam definió a la propuesta como “un viaje emocional”.

“Creo que realmente podemos conectar con estos animales a nivel emocional. Hasta ahora había sido tabú decir que un animal tiene emociones, sentimientos de duelo, felicidad, diversión o amor, porque había una mirada muy clínica sobre los animales”, postuló el productor audiovisual, parte de Red Rock Films desde 2010 y activo en la temática desde hace tres décadas.

Filmada durante tres años en 24 locaciones diferentes, la serie se adentra en la intrincada estructura social de estas cinco especies de cetáceos que establecen amistades para toda la vida, transmiten legado y tradiciones del clan a la cría y sufren la muerte de un ser querido.

Télam: ¿Cuáles fueron los desafíos de este rodaje?

Brian Armstrong: Básicamente, cada vez que tenés que lidiar con el océano y equipos electrónicos todo se puede poner mal muy rápido. Cuando llegamos tenemos el mejor equipo, el mejor bote, la mejor tripulación, y así y todo hay muchísimo que puede salir mal. Necesitamos que salga el sol, que dé de la forma correcta en el agua para que esté clara. Luego necesitamos que las ballenas aparezcan, y que además que no solo pasen nadando sino que hagan algo relevante para la serie. Lo que realmente nos sorprendió mucho es que en casi cada una de las locaciones nos regalaron un momento.

T: Hay una escena en el primer episodio en el que una orca madre invita al camarógrafo a comer su comida.

BA: Sí, fue una de esas situaciones que nos llevó a preguntarnos “¿cómo explicamos esto de forma científica?”. Cuando veíamos comportamientos como ese, propios de un ser sensible que demuestra generosidad, eso ayudó a darle forma a toda la serie.

T: ¿Qué debería aprender el humano de la forma en que ven el mundo los cetáceos?

BA: Hay muchas cosas que como humanidad deberíamos imitar. Hay una que me viene a la mente, que es un viaje en el que vimos que una beluga adopta a un narval. Pese a que hablan un “idioma” diferente, que cazan de formas distintas, eligió reconocerlo como un “extranjero” e incorporarlo a su clan y protegerlo. Han pasado tres o cuatro años y este narval sigue nadando con estas belugas.

T: ¿Temieron ser atacados alguna vez?

BA: Nunca estuvimos realmente asustados. No existen reportes de que alguna vez una orca haya atacado a una persona en estado salvaje; en cautiverio sí. Por supuesto que igual llevamos siempre un médico a bordo y buzos de seguridad con nuestros camarógrafos. Hubo un par de situaciones que podrían haber sido complicadas, pero no por los cetáceos; en el agua hay otros peligros animales o técnicos que había que tomar en cuenta.

T: ¿Hay suficiente espacio en los medios de comunicación para la naturaleza y sus problemáticas?

BA: Claro que siempre querré ver más lugar para estos temas, pero para mí se trata de cómo hacemos llegar ese mensaje, cómo se cuenta la historia. No querés predicarle a los que ya son “conversos”, tenés que llamar la atención de personas que no están necesariamente en tema. Lo que espero que consigamos con la serie es que entendamos cuán parecidos son los cetáceos a nosotros, ya que lo lógico es que queramos proteger y nos importen los que se parecen a nosotros.