El epicentro de contagiados en el país del norte de América registra números alentadores en las últimas dos semanas y da un paso más a la vuelta a la normalidad
El gobernador Andrew Cuomo anunció este miércoles que la ciudad de Nueva York, el epicentro de la pandemia en Estados Unidos, pasará a la fase dos de la reapertura el próximo lunes y destacó que a nivel estadual las muertes siguen a la baja, a diferencia de lo que ocurre en decenas de otros estados, en donde la situación empeora.
Aunque Nueva York es el estado más golpeado por la pandemia en el país, con 385.142 casos y 24.629 muertes, desde hace semanas los indicadores se mantienen a la baja en todos los condados y ciudades.
Con sólo 17 fallecidos, el estado registró ayer la tasa más baja de decesos diarios desde el inicio del brote, al igual que el nivel más bajo de hospitalizaciones y de nuevos positivos, con 0,96% en cerca de 60.000 pruebas, según destacó el demócrata Cuomo en su conferencia de prensa diaria sobre la evolución de la pandemia.
«Es el porcentaje más bajo de positivos desde que empezamos. Uno de los más bajos en Estados Unidos. Hemos demostrado que podemos ir de la peor tasa de infección a la mejor. No son palabras, sino hechos poderosos», argumentó.
En tanto, en la Gran Manzana los números siguen mejorando, ya que la tasa de infección volvió a bajar hasta el 1,2% en la ciudad, que lleva menos de dos semanas en la primera fase de flexibilización.
Gracias a esta tendencia a la baja, Nueva York entrará en la fase dos el próximo lunes, lo que supondrá la vuelta a las oficinas de hasta el 50% de los trabajadores de cada edificio y la reapertura de algunos negocios no esenciales como las peluquerías, mientras que los restaurantes podrán servir comida en el exterior.
El dirigente demócrata contrapuso la situación en Nueva York con la gestión de la crisis sanitaria hecha por el gobierno del presidente Donald Trump, a quien acusó de cometer «un error histórico», luego de que en las últimas semanas una veintena de estados y Puerto Rico registraran picos de casos e internaciones.
Uno de los estados con curvas en ascenso es Alabama, donde tres condados se encuentran al borde del colapso, incluida la capital del estado, Montgomery, con casi 3.000 casos confirmados.
La capital, junto con los distritos de Tuscaloosa y Jefferson, registraron el mayor aumento de casos semanales por brotes en lugares de trabajo, geriátricos y grandes reuniones, según un comunicado oficial, citado por el canal ABC News.
Según señaló a ese canal el doctor Don Williamson, presidente de la asociación de Hospitales Estatales de Alabama, el estado está afrontando el mayor número de hospitalizaciones diarias, la mayor cantidad de pacientes internados y la ocupación más alta de las camas en terapia intensiva desde el inicio del brote.
Solo están disponibles el 16% del total de camas de terapia intensiva de todo Alabama, mientras que en Tuscaloosa hay una sola y en Montgomery quedan tres libres, precisó.
Con 26.912 infectados y 785 fallecidos, Alabama fue uno de los primeros estados en reabrir su economía, si bien mantiene aún una cuarentena parcial hasta el próximo 3 de julio.
También tres de los estados más poblados del país, Florida, Texas y Arizona, registraron esta semana récords en el número de casos diarios de coronavirus, pero sus líderes no contemplan cambios en sus planes de desescalada, que se ajustan al guión acelerado respaldado por la Casa Blanca.
«Vamos a ir hacia delante y vamos a seguir protegiendo a los más vulnerables», descartó ayer el gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, quien insistió que el incremento está dentro de lo esperado por el aumento del número de pruebas de Covid-19.
Estados Unidos el país con mayor número de contagios y decesos por coronavirus en el mundo, con 2.149.238 y 117.423, respectivamente, según datos de la Universidad Johns Hopkins.