Mientras la disparidad se intensifica, 52 millones de personas podrían caer en la pobreza
Latinoamérica, la región más desigual a nivel mundial y una de las más golpeadas hoy por la pandemia, experimentó durante los últimos cuatro meses un significativo ensanchamiento de la brecha entre los más ricos, que en total aumentaron su patrimonio en casi 50.000 millones de dólares, y el resto de la población.
Desde marzo pasado -cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la pandemia- a la fecha, los 73.000 «milmillonarios» -personas con un patrimonio superior a los mil millones de dólares- de Latinoamérica aumentaron su fortuna en 48.200 millones de dólares, según informe que presentó ayer la coalición de 19 organizaciones dedicadas a combatir la pobreza en 90 países, Oxfam.
En promedio, la región vio surgir un nuevo «milmillonario» cada dos semanas, según el análisis que hizo Oxfam de las cifras de los rankings de las personas más ricas, que publicó la revista Forbes entre marzo y julio.
Sin embargo, en paralelo al incremento desmedido del patrimonio de este sector más rico, unas 140 millones de personas, es decir un poco más de la mitad de la población laboralmente activa de la región, subsiste gracias a trabajos informales y una de cada cinco vive en un barrio carenciado.
La disparidad resulta alarmante, además, porque 52 millones de personas podrían caer en la pobreza como consecuencia de la pandemia, lo que significaría un retroceso de 15 años en la lucha contra la pobreza, según un estudio realizado por el Instituto Mundial para la Investigación de la Economía del Desarrollo de la Universidad de las Naciones Unidas (Wider).
“Los súper ricos nunca han tenido que preocuparse por ser desalojados, por no pagar el alquiler o tener que decirles a sus hijos e hijas que hoy no hay nada que comer. Al contrario, han recolocado sus activos o invertido en más acciones, bonos, oro y bienes raíces, como ya lo hicieron después de la crisis económica mundial de 2008 y 2011”, aseguró el director ejecutivo de Oxfam, Chema Vera.
Este contraste entre los más ricos y los más pobres de Latinoamérica y la dificultad que encuentran los Estados para combatir el coronavirus, la pobreza y la desigualdad se ven agravadas por la baja recaudación impositiva de la riqueza individual y de los beneficios empresariales, según Oxfam.
Solo tres países de la región aplican un impuesto sobre el patrimonio: Argentina (con un tope máximo de 1,25%), Colombia (1%) y Uruguay (1%).