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En Argentina, más de 700 especies de plantas y animales son exóticas invasoras


Fueron traídas del exterior y tienen facilidad para reproducirse y quitarle espacio a la flora y fauna autóctona

Un total de 730 especies de plantas y animales se encuentran declaradas por la Argentina como exóticas invasoras, es decir que fueron traídas desde el exterior y tienen facilidad para reproducirse y quitarle espacio a la flora y fauna autóctona.

Al no contar con depredadores naturales en el país y traer enfermedades a las que la biodiversidad local no está acostumbrada, las especies exóticas invasoras ocasionan un profundo daño a la naturaleza: la situación se replica en todo el mundo y especies argentinas, como las cotorras (Myiopsitta monachus), se han convertido en dramas ambientales en otros países.

Uno de los casos más reconocidos es el de los castores (Castor canadensis), que fueron introducidos en 1946 en Tierra del Fuego y actualmente ponen en riesgo a los bosques de lengas con la construcción de sus tradicionales diques: el objetivo era propiciar a la industria peletera, pero los pequeños animales dientudos terminaron generando una profunda degradación ambiental en la Patagonia.

Otro ejemplo paradigmático es el de la ardilla de vientre rojo (Callosciurus erythraeus), cuyo ámbito natural es el sudeste asiático, pero que ha sido introducida por el ser humano en la década del 70 en el partido bonaerense de Luján y que se diseminó a puntos muy distantes como Córdoba, Mendoza y Santa Fe, en donde no sólo come huevos de aves nativas, sino que también muerde los cableados de electricidad y teléfono.

Sin embargo, el listado está integrado por especies que suelen verse, incluso, en varias ciudades del país.

Algunas de las más comunes son las lagartijas Tarentola mauritanica que llegaron desde África y han sabido adaptarse al cemento de las principales áreas urbanas; el caracol de jardín (Otala lactea), originario de España; la palta (Persea americana), cuyo ámbito natural es Centroamérica; el gorrión común (Passer domesticus), traído desde Eurasia; la rata gris (Rattus rattus) y la negra (Rattus norvegicus); y el mosquito Aedes aegypti, vector del dengue.

La última incorporación al Sistema Nacional de Información sobre Especies Exóticas Invasoras de Argentina fue el caracol gigante africano (Achatina fulica), que llega a medir unos 25 centímetros y que está afectando cultivos en la zona del NEA.

La introducción de especies extranjeras con capacidad para invadir el territorio de las nativas es «la segunda causa de la pérdida de biodiversidad» en el planeta, advierte el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.

Para atacar esta problemática, el Gobierno prohíbe la comercialización y el traslado de muchas de estas especies para evitar que el ser humano siga profundizando la expansión, así como también se despliegan estrategias para reducir la población de estas plantas y animales: la autorización de la caza de castores en Tierra del Fuego es un ejemplo de ello.