En septiembre próximo comenzará a ensayarse en una zona determinada de la ciudad con los cuatro modelos de molinetes
El ingreso al gran museo a cielo abierto que representan los canales de Venecia para los turistas que llegan a Italia tendrá a partir del año próximo un costo, si prospera la iniciativa de cobrar a los visitantes por ingresar a la ciudad, debido al aumento exponencial del turismo.
La idea de las autoridades con esta medida, que se postergó en dos ocasiones, es que los turistas reserven su estadía e ingresen por unos molinetes, ubicados en los principales puntos de acceso al centro histórico.
Si bien la medida, iba a comenzar a aplicarse el 1 de enero de 2022, entrará en vigor el 1 de junio, según los medios italianos, aunque en septiembre próximo comenzará a ensayarse en una zona determinada de la ciudad con los cuatro modelos de molinetes que se están probando.
De esta manera, Venecia será la primera ciudad del mundo con entrada planificada y paga, que podría costar entre 3 y 10 euros, en función del día y de la cantidad de personas prevista. Quedarán exceptuados los residentes en la región del Véneto, aunque no se descarta que se les obligue a reservar, y tampoco deberán pagar los niños menores de seis años, los familiares hasta el tercer grado de los residentes y los miembros de la familia de personas que viven de alquiler en el Municipio, entre otros.
La reserva se efectuará a través de un aplicación o en la web, con un código QR que servirá para pasar los lectores ópticos de los molinetes. Las pruebas comenzarán en septiembre en la isla del Tronchetto, donde se ubica el comando de la policía local y el lugar desde donde se controla digitalmente todo el territorio, según el diario español El País.
Esta medida se piensa adoptar luego de que en los primeros diez días de agosto llegaron personas de 136 países diferentes, la mayoría turistas extranjeros, con picos de 85.000 el 5 de agosto y 80.000 el 18, mientras que en el resto se cuantificaron entre 50 y 60.000, aunque aún lejos de las cifras anteriores a la pandemia.
La medida ya ha generado una polémica, porque muchos la consideran «inconstitucional y contraria a la legislación europea», según el concejal Marco Gasparinetti, quien considera que algo así «se podría hacer para un área limitada, como la plaza de San Marcos, pero no para una ciudad entera» y supone «la consagración de Venecia como parque temático».
Para el concejal, la decisión «no sirve para programar los flujos, es solo una forma de hacer dinero. Y nosotros los venecianos desobedeceremos, porque no tenemos ninguna intención de dejarnos fichar en nuestro paso por los tornos», según declaró al diario La Satmpa.
La llegada masiva de turistas ha obligado a los venecianos a mudarse a tierra firme, de forma que hoy únicamente unas 52.000 personas habitan las más de 100 islas que conforman la localidad.
Además del acaparamiento de las calles por parte de los que vienen de fuera, uno de los principales motivos detrás de este éxodo se encuentra la llegada continua de enormes cruceros al Gran Canal. Según la agencia de noticias Europa Press, la ciudad de los canales recibe cada año 25 millones de turistas, de los cuales cerca de 14 millones van a pasar el día, pero no pernoctan.