Asumieron el reto de reducir rápidamente el uso de combustibles fósiles y llegar a cero emisiones para el 2030
Está comprobado que las ciudades y ámbitos urbanos son el principal motor del calentamiento global y del cambio climático. Es que producen el 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Por otra parte, consumen el 65% de la energía. También son de las mayores víctimas, dado que sus habitantes sufren las consecuencias del aumento de la temperatura global. En ese contexto, unas 112 ciudades de la Unión Europea adoptaron un compromiso.
Asumieron el reto de reducir rápidamente el uso de combustibles fósiles y llegar a cero emisiones para el 2030. Cómo planean hacerlo.
Emisiones cero para 2030, el reto de 112 ciudades
Las estadísticas prevén que para 2050 la población urbana se duplique, lo que significa que la huella de carbono de las ciudades podría dispararse peligrosamente. Esto, a menos que se mitiguen drásticamente las emisiones.
Lo que se traduce también en generar cambios en las formas de producir, consumir y movilizarse.
Como parte de una iniciativa de la UE, 110 ciudades del bloque y 12 de países asociados (como el Reino Unido y Turquía), fueron seleccionadas para recibir apoyo en sus esfuerzos por reducir rápidamente el uso de combustibles fósiles.
Además, buscan garantizar que cualquier emisión inevitable pueda ser absorbida por la naturaleza o eliminada mediante tecnologías de captura de carbono. El objetivo es llegar a cero en 2030.
Las ciudades que participan reciben ayuda técnica y apoyo para atraer inversiones. La UE calcula que se necesitarán unos 650.000 millones de euros (es decir, más de 700.000 millones de dólares) en inversiones, principalmente del sector privado para alcanzar las metas.
Pero las autoridades se muestran optimistas. Thomas Osdoba, director del programa NetZeroCities, un proyecto financiado por la UE que apoya la iniciativa de las ciudades, cree que un buen número alcanzará el objetivo, o bien, estará cerca.
Sin embargo, sostiene que muchas de las seleccionadas comparten retos similares, como edificios antiguos difíciles de modernizar, una planificación urbana centrada en el automóvil tradicional, una infraestructura renovable limitada, así como las limitaciones de las políticas nacionales y la lentitud de los ciclos de inversión.
Por qué es urgente reducir la huella de carbono
La mayoría de los países del mundo no está alcanzando la reducción del 45% de las emisiones que, según los la comunidad científica, es necesaria para finales de la década para evitar los efectos más catastróficos del cambio climático.
Conforme a esta agenda, muchos países tomaron nota hace años y ajustaron medidas para introducir cambios desde la matriz energética a los modelos productivos.
Finlandia, por ejemplo, se comprometió a llegar a la neutralidad de emisiones para 2035. Y su capital, Helsinki, pretende alcanzarla para el 2030 mediante una reducción del 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Hasta ahora, redujo casi la mitad desde 1990.