Así lo expresó Javier Figueroa en una entrevista, donde destacó que la disputa por la soberanía por Malvinas "no se puede ocultar"
El flamante embajador ante el Reino Unido, Javier Figueroa, aseguró que la representación diplomática en Londres «está totalmente a disposición del Ministerio de Salud», y destacó como la prioridad «número uno» de su labor el intercambio de experiencias sobre cómo enfrentar a la pandemia, como también «expandir la producción de vacunas» a partir de la asociación con la compañía AstraZeneca.
Diplomático de carrera, diez días después de presentar sus cartas credenciales, Figueroa planteó que uno de los objetivos es que «esta cooperación fructifique» en el marco del «esquema de colaboración con la Universidad de Oxford», lo que implicaría, detalló, «profundizar la asociación de las empresas argentinas con AstraZeneca».
En materia de estrategias sanitarias, afirmó que «el Reino Unido tuvo un excelente plan de vacunación» aunque también fue «sumamente golpeado por la pandemia», sobre todo en la primera oleada de 2020, y luego recordó que en Gran Bretaña se aplicó con «eficacia» la alternativa de «vacunar a gran parte de la población con una dosis y esperar para la segunda».
Sobre este último punto, resaltó «la ventaja» que implica «poder aprender de la información que tiene el Reino Unido» sobre los efectos de extender la vacunación con la primera dosis a la mayor parte de la población y postergar la segunda aplicación, «un debate que también se dio en la Argentina», subrayó.
Figueroa, por otro lado, reconoció que la relación con el Reino Unido es «la más compleja que tiene la Argentina», tras la usurpación de las Islas Malvinas desde 1833, «con su pico mas caliente en la guerra» de 1982, y cuestionó que los británicos «no acatan el mandato de la comunidad internacional a reanudar las negociaciones».
El diplomático remarcó que la disputa por la soberanía «no se puede ocultar» y que la Argentina «no puede estar cambiando cíclicamente de posición» en esa materia, aunque planteó que en la agenda bilateral «hay un montón de aspectos de interés», como la cooperación científica, y en ese sentido mencionó el reciente acuerdo entre la cartera de Ciencia y Tecnología con el laboratorio británico GlaxoSmithKline.
¿Está avanzando el intercambio con el Reino Unido para cooperar en la producción de vacunas?
– Javier Figueroa: Hace un par de meses hubo contactos de la ministra (de Salud) Carla Vizzotti con el ministro de Vacunación del Reino Unido, Nadhim Zahawi, y la ministra para Europa y las Américas en el Foreign Office, Wendy Morton. Ese primer contacto fue muy útil, porque se transmitió toda la experiencia británica del plan de vacunación. En ese sentido, la experiencia británica (de espaciar la primera y la segunda dosis para vacunar a la mayor parte de la población) fue eficaz. Ellos contaban con toda la data como para avalar esa estrategia, de que es preferible vacunar a gran parte de la población con una dosis y esperar para la segunda. Ese debate también se dio en Argentina. La ventaja que tenemos nosotros es que podemos aprender de la información del Reino Unido. Hace unos días, en otra conferencia virtual, los funcionarios argentinos y británicos y también la asesora presidencial Cecilia Nicolini plantearon la idea de avanzar en un esquema de cooperación con la Universidad de Oxford y profundizar la asociación de las empresas argentinas con AstraZeneca. La idea es explorar la posibilidad de expandir la producción de vacunas y compartir datos, algo fundamental. El problema es que nadie tiene una hoja de ruta muy clara de cómo reaccionar frente a la pandemia. El Reino Unido tuvo un excelente plan de vacunación aunque también fue un país sumamente golpeado por la pandemia, y uno puede aprender tanto de los errores como de las virtudes. Desde la embajada estamos tratando de apoyar al ministerio de Salud para que esta cooperación fructifique, y va a continuar.
Algunos medios dijeron que algunas embajadas argentinas en el mundo estaban cerradas cuando deberían estar trabajando a buscar vacunas. ¿Qué piensa?
-J.F: Al principio de la pandemia, se produjo la crisis de los varados y todas las embajadas nos enfrentamos a problemas como los espacios aéreos cerrados, con argentinos en montones de lugares, completamente insolventes, que no podían regresar al país. Había que darles una solución. Eso fue un enorme esfuerzo, y siento un enorme orgullo por la Cancillería, por cómo respondió con los medios que teníamos. Todo el mundo puso el pecho. Es injusto que se diga eso y hoy por hoy las embajadas están abiertas. En Europa no me consta que estén cerradas. Obviamente, en aquellos países donde existe la posibilidad, ya sea porque se producen (vacunas contra el coronavirus) o porque existen empresas o Argentina tiene acuerdos (para adquirir vacunas), las embajadas están totalmente a disposición del ministerio de Salud. No tengo ninguna duda de que para nuestras embajadas en México, EEUU, China, Cuba, Rusia, en la Unión Europea, o acá mismo (por la embajada argentina en Londres), puntos que son críticos hoy, (la búsqueda de vacunas) es nuestro trabajo numero uno. No podría de ser de otra manera.
¿Cómo define la actualidad de la relación bilateral con el Reino Unido?
-J.F: Es la más compleja que tiene Argentina, no de ahora, sino desde siempre. Desde las invasiones inglesas hasta la Revolución de Mayo. Acá a unas cuadras (se refiere a la ciudad de Londres) vivió San Martín, nuestro máximo prócer, y también Rosas, quien luego de enfrentar al imperio británico terminó exiliado aquí. En lo cultural, hay cosas que nos definen, como el fútbol, el rugby, el polo, inclusive nuestro mapa económico fue definido por los ingleses: los puertos, los ferrocarriles o las industrias frigoríficas. Todo eso lleva una impronta y también conflictos, como el de Malvinas, que empezó en 1833 y su pico más caliente fue la guerra, que tiene aún un efecto importante en la relación bilateral y en la percepción de ambos países. La posición de los británicos es totalmente opuesta a la nuestra, porque no acatan el mandato de la comunidad internacional a reanudar las negociaciones, como las que tuvimos antes de la guerra.
En la discusión por la soberanía, ¿es una oportunidad para Argentina que el Reino Unido ya no esté en la Unión Europea?
-J.F: Está claro que con el Brexit, esa solidaridad europea básica, que tiene con cualquier socio político, no existe más. Eso no quiere decir que la Unión Europea avale lo que nosotros digamos, pero sí va a tener un efecto. El Brexit es un fenómeno que afecta al Reino Unido en muchos aspectos de su relacionamiento externo, lo que nos toca a nosotros, como también en su propia constitución interna, como los procesos que se están dando en Escocia e Irlanda del Norte. Todo eso genera escenarios que antes no estaban, y estará en nosotros saber aprovechar o no las oportunidades. En estos temas geopolíticos e históricos muy densos, con una gran asimetría de poder, quizá nuestro principal activo sea la coherencia y la consistencia. Nosotros no podemos estar cambiando cíclicamente de posición. Tenemos que plantear, siempre, que esto se tiene que solucionar a través del diálogo. No debemos ocultar el tema en la relación bilateral. Tratar de ocultarlo es como tener un elefante en el living, no se puede ocultar. Pero también es cierto que la relación bilateral tiene un montón de otros aspectos que están en nuestro interés desarrollar, como el tema de las vacunas. El Reino Unido es una potencia científica global y Argentina también tiene una estructura científica reconocida. No es una relación de arriba hacia abajo, es un diálogo de pares más allá de la diferencia de escala y de medios. Sin ir más lejos, nuestro ministerio de Ciencia y Tecnología cerró un acuerdo de cooperación con un gran laboratorio británico como GlaxoSmithKline (GSK) para financiar investigación.
¿El Brexit también es una oportunidad para Argentina en el marco de los acuerdos de libre comercio que está tratando de cerrar el Reino Unido con terceros países?
-J.F: El Brexit es una oportunidad ya que el Reino Unido está tratando de cerrar acuerdos de libre comercio con distintas regiones y, eventualmente, también podría negociar un acuerdo con el Mercosur. Depende de ambas partes, el Mercosur y el Reino Unido, decidir al respecto. Hay mucha agenda en lo bilateral comercial que vale la pena explorar y ya lo estamos haciendo.
¿Qué falta por hacer respecto a la identificación de los restos de los combatientes fallecidos y enterrados como N.N en el cementerio Darwin en las Islas Malvinas?
-J.F: Queda muy poco. Han encontrado una tumba y hay que ver si allí hay restos de soldados argentinos, eso es algo que no sabemos a ciencia cierta. Lo que se hará es el mismo procedimiento que se hizo anteriormente con un equipo de la Cruz Roja y Argentina y Reino Unido. Esto es, en realidad, un proceso larguísimo que se inició en el año 2012 y que está por culminar.
Hay una campaña para que la exEsma sea declarada Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, ¿cómo está colaborando la embajada con esa iniciativa?
-J.F: La idea es tratar de contactar a todas aquellas instituciones británicas que tengan algún punto de contacto con la memoria histórica y derechos humanos, para que avalen la candidatura de la Esma como un sitio de memoria, así como existen Auschwitz o la prisión de Robben Island, donde estuvo Nelson Mandela.