“Proponemos la construcción de una sociedad con una masculinidad más equitativa”, afirmó Nicolás, uno de los integrantes del grupo Tejedores rosarinos a CLG. Además de apuntar a la reflexión, colaboran con fines solidarios
Por Gina Verona Muzzio
La iniciativa “Hombres tejedores”, que se replica en Rosario como “Tejedores rosarinos”, nació en Chile hace algunos años. La idea de quienes llevan adelante la propuesta en distintas ciudades del mundo es “salir a los parques y romper con los roles de género, mostrar que los hombres también pueden tejer y no pasa nada, no tiene que ver con su sexualidad, simplemente es un oficio”, contó a Con la Gente Nicolás, uno de los integrantes del grupo en la ciudad. Además, actualmente, algunas de las producciones que realizan se destinan a fines benéficos.
Un grupo de hombres de mediana edad, sentados al sol en un parque de una ciudad, tejiendo con sus agujas y lanas, conversando y tomando mates no es algo que se suele ver. Sin embargo, la idea de quienes integran Tejedores rosarinos es “invitar a reflexionar a las personas sobre muchos estereotipos que abundan, sobre todo en relación a los roles de género”. “Proponemos la construcción de una sociedad en la que haya una masculinidad mucho más equitativa. Ese es el mensaje que tratamos de transmitir”, explicó Nicolás a CLG.
En Rosario, el primer encuentro tuvo lugar el 23 de febrero y el segundo el sábado pasado. El organizador afirmó que participan hombres de todas las edades, chicos, adultos, gente grande. “De a poco se fueron sumando y en el grupito que tenemos ahora somos nueve. La idea es que a través de los encuentros vaya creciendo. Están invitadas también las mujeres, todo el que quiera tejer. La idea es compartir un momento y pasarla bien con el tejido, que es algo adictivo que une a las personas”, indicó.
Además de invitar a la reflexión sobre cuestiones de género impuestas socialmente, Tejedores rosarinos tiene una cara solidaria. “La idea es ayudar a la mayor cantidad de gente que podamos. Ahora estamos juntando para Rosario Abriga, el día de mañana juntaremos para otro grupo”, comentó Nicolás, al tiempo que expresó que están abiertos a escuchar propuestas y a que cada uno sume su granito de arena. La idea de colaborar con Rosario Abriga, un conjunto de personas que confecciona mantas tejidas y de polar para donarlas en Hospitales, Maternidades y Hogares de Rosario y alrededores, surgió de uno de los integrantes del grupo, que empezó tejiendo para su nieta y luego para ayudar a quienes más lo necesitan.
Tejedores rosarinos ha recibido mucho apoyo, según cuentan sus impulsores. “Al primer encuentro, vino gente de Córdoba, de un pueblito que se llama Las Varillas, porque le pareció muy interesante la propuesta y quieren llevarla también allá. Vinieron los chicos de Buenos Aires. La idea es siempre que sea en un parque, pero como el día que era el encuentro llovía, nos permitieron hacerlo en la Isla de los Inventos”, relataron. Además, dijeron que por el momento no han tenido respuestas negativas, ni chicanas por parte de los rosarinos. “Por lo general, cuando la gente llega por primera vez, se habla de esos temas, de romper con los estereotipos. Nos felicitan por animarnos a salir a tejer en la calle y después la idea es conocernos”, detalló Nicolás.
Las convocatorias se realizan a través de redes sociales y quienes estén interesados pueden contactarse con ellos por ese medio. Aún no hay fecha prevista para la próxima jornada, pero prevén realizar una por mes o cada dos meses. Cuentan con Facebook e Instagram.
Un pasatiempo que se transformó en emprendimiento
Al ser consultado sobre si en algún momento pensaron en el tejido como una salida laboral, como una forma de sustento económico, Nicolás contó sobre su emprendimiento “Porque puedo”. El mismo surgió en 2012 junto a otros dos compañeros de Tejedores rosarinos.
“Empecé a tejer en 2010, después de que vi en un local un muñequito tejido al crochet, que se llama amigurumi. Me llamó mucho la atención y empecé a aprender mirando videotutoriales en internet. En mi familia nadie teje. Lo empecé como un hobby y en 2012 armé mi emprendimiento, en el que vendo los amigurimi y doy clases de crochet. Somos tres que tenemos un emprendimiento de tejido y el resto teje por hobby”, amplió.
Y dejó una invitación para todos que quieran meterse en el mundo de las lanas, los hilos y las agujas: “Todo aquel que le guste el tejido o quiera aprender está invitado, no hace falta saber para participar”.