La coalición Azul y Blanco, encabezada por Benny Gantz, se alzó con 33 escaños, uno más que el Likud del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, en las elecciones parlamentarias del 17 de septiembre pasado, según el resultado definitivo de esos comicios. El Comité Electoral Central israelí publicó los resultados oficiales.
Los números finales serán presentados por ese organismo al presidente del país, Reuven Rivlin, después de que se hubiera abierto una investigación sobre un posible fraude en varias estaciones de voto, del que no se ofrecieron detalles.
En el escrutinio provisorio, el Likud reunía 31 bancas, una menos que el resultado final, pero esto no altera el peso de los dos principales bloques políticos, el de derecha, ultraderecha y ultraortodoxos, que mantiene 55 escaños, y el de centro, izquierda y parte de los árabes de la Lista Unida, que cuenta con 54.
Así, continuarán los esfuerzos que impulsa el presidente Rivlin para que Netanyahu y Gantz logren pactar un Gobierno de unidad nacional, probablemente con alternancia entre el Likud y Azul y Blanco en la jefatura de gobierno, fórmula que ya se ha aplicado en el pasado en Israel, informó la agencia de noticias EFE. Los equipos negociadores de ambas formaciones mantuvieron este martes su primer encuentro y los dos líderes deberán reunirse este miércoles con Rivlin para informarle de los avances.
Según la prensa israelí, los negociadores de los bloques mayoritarios analizaron posibilidades de alternancia, reparto de ministerios y cuestiones de separación de religión y Estado, como el transporte público en el feriado de los sábados y el matrimonio civil, inexistente en el país.
El Likud insiste en negociar como parte del bloque de derechas y religioso, con el que tiene un acuerdo de unidad para gobernar, algo que dificulta los pactos porque Azul y Blanco tiene planteos que chocan con los ultrarreligiosos y además no quiere que Netanyahu sea primer ministro mientras pesen sobre él acusaciones de corrupción, señalan los analistas políticos locales.