Los candidatos pro democráticos de Hong Kong obtuvieron una arrasadora victoria consiguiendo cerca del 90 por ciento de las bancas de los consejos de distritos en una jornada electoral sin incidentes y con participación récord, que supuso un duro golpe para el gobierno chino.
Más de 2,9 millones de personas, un 70 por ciento de la población, acudieron a las urnas en un momento clave para la región administrativa especial china, una antigua colonia británica que se encuentra sumida en una de las mayores revueltas de su historia desde que fue devuelta a China en 1997.
La oposición al gobierno chino obtuvo 396 de los 452 escaños, lo que supone un claro rechazo a los candidatos pro China y, por ende, a la administración de la líder de Hong Kong, Carrie Lam, informó la cadena de televisión local RTHK. El recuento, aún parcial, implica ya una contundente derrota para los candidatos favorables a Beijing, que perdieron más de 240 escaños en comparación con los resultados de las elecciones del 2015.
Los resultados tienen implicaciones de largo alcance: los candidatos opositores arrebataron el control de 117 escaños en el Comité Electoral (formado por 1.200 miembros) de cara a las elecciones previstas para 2022, en las que se elegirá al nuevo jefe de Gobierno.
La debilitada gobernadora Lam admitió este lunes el aplastante triunfo de la oposición, aseguró en rueda de prensa que escuchará a la población «con la mente abierta» y reconoció que «pese la difícil situación social, las elecciones se desarrollaron de manera pacífica y segura».
La primera reacción del gobierno chino se conoció a través del ministro de Exteriores, Yi Wang, quien insistió que «cualquier intento por socavar la estabilidad» del territorio autónomo «acabará en fracaso». Wang, de visita en Tokio tras asistir este fin de semana la cumbre de Exteriores del G20 en la ciudad nipona de Nagoya, envió este mensaje tras reunirse con el primer ministro japonés, Shinzo Abe. «Cualquier intento por socavar la estabilidad o incluso la prosperidad de Hong Kong acabará en fracaso», dijo el canciller chino en declaraciones que recogió la agencia Kyodo.
El diario oficial nacionalista Global Times negó la magnitud del resultado aduciendo que «en porcentaje de voto la diferencia fue del 57% contra el 41%, o lo que es lo mismo, 1,67 millones contra 1,2 millones.
Las protestas en Hong Kong estallaron el pasado mes de junio contra un polémico proyecto de ley de extradición a la China continental que Lam acabó retirando definitivamente, aunque las manifestaciones continuaron con demandas mayores, incluido el sufragio universal.
La violencia en Hong Kong se convirtió en el mayor desafío para el presidente chino, Xi Jinping, que llegó al poder en 2012 e insiste en que el gobierno local podrá resolver la crisis. Los manifestantes, enfadados por lo que consideran una injerencia del Ejecutivo chino en la antigua colonia británica, señalan que están respondiendo al excesivo uso de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad.