Política y Economía

Elección en pandemia y con demoras: hubo muchas quejas y largas colas para votar


Foto: Juan José García

Por los protocolos ante la pandemia de coronavirus, los votantes debieron esperar mucho tiempo y mostraron su indignación en las redes. Cerca del mediodía, el gobierno amplió la capacidad dentro de las escuelas

La apertura de las elecciones primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (Paso) se produjo esta mañana a las 8 en todo el país y tienen la particularidad de ser los primeros comicios en pandemia. Con estrictos protocolos debido al coronavirus, se registraron muchas demoras en distintos centros, que abrieron sus puertas pasadas las 8 y, ante la acumulación de gente, los votantes debieron esperar durante varios minutos y, en algunos casos, durante horas. La votación se extenderá hasta las 18 y en estas elecciones legislativas se pondrán en juego 24 bancas de senadores (del total de 72) y 127 de diputados (de un total de 257), aunque eso finalmente se definirá en noviembre.

Durante la mañana y el mediodía hubo quejas en las redes sociales debido a las larga colas, mayormente generadas por las demoras en los comienzos. Los rosarinos expresaron que tuvieron que esperar mucho tiempo para sufragar, sobre todo en escuelas del centro de Rosario.

Juan José García

La situación provocó que desde la Cámara Electoral permitieran en horas del mediodía el ingreso de más personas por mesa: se incrementó de 10 a 15 personas.

Juan José García

Durante las primeras horas de la tarde la situación parecía haberse normalizado en la mayoría de los lugares de votación.

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Algo más de 34 millones de argentinos van este domingo a las urnas para elegir a los candidatos a diputados y senadores que competirán en noviembre, además de concejales, intendentes y presidentes comunales, en unas inéditas Paso que se realizarán bajo protocolo sanitario por la pandemia de coronavirus y que constituirán una primera prueba electoral para las fuerzas políticas y sus estrategias de campaña con la mirada puesta en los comicios parlamentarios del 14 de noviembre.

Será la sexta vez que la ciudadanía organice el diagrama electoral en unas Paso: la tercera para candidaturas parlamentarias y la primera en un contexto global de emergencia por el impacto del Covid-19, que llevó a un acuerdo político entre el Gobierno y las provincias para postergar la fecha original y llegar así al 12 de septiembre con algo más del 51% de la población mayor de 18 años con su esquema de vacunación completo.

Los resultados de la votación de hoy serán entonces el filtro ordenador de la disputa electoral de noviembre, cuando quedará definida la correlación de fuerzas en el Parlamento nacional para el segundo tramo de la gestión del presidente Alberto Fernández, con la renovación de 127 bancas de la Cámara de Diputados y 24 del Senado.

El nuevo período legislativo será clave para el acompañamiento de las políticas que impulse el Ejecutivo, en su plan de reactivación del país tras los estragos causados por el coronavirus y, al mismo tiempo, para la principal fuerza opositora, Juntos por el Cambio (JxC), que busca reordenar su equilibrio interno y dirimir las disputas por liderazgos hacia las aspiraciones presidenciales del 2023 que quedaron expuestas durante la campaña.

Los resultados de las Paso darán un primer indicio sobre la valoración de la ciudadanía hacia las fuerzas que compiten y la atención estará puesta tanto en las dos coaliciones mayoritarias, la gobernante Frente de Todos (FdT) y la opositora JxC, como en lo que suceda en los cuatro distritos con mayor peso electoral: Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Capital Federal.

La campaña, que los partidos y alianzas cerraron entre el miércoles y el jueves pasado, tuvo poco margen para la discusión de propuestas, a partir del uso simplificador que hicieron los medios y las redes sociales de las posturas de los precandidatos, algo que la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner marcó en su discurso de cierre de las actividades proselitistas: «El debate está achatado por ellos mismos porque si se pone en debate lo que hay que debatir no va ninguno» de los precandidatos opositores, dijo.

Con el objetivo clave de captar votos en los casi 13 millones de votantes que tiene la provincia de Buenos Aires, la de mayor peso electoral del país, la campaña se polarizó entre el FdT, que apeló a renovar la confianza de la ciudadanía en la salida de la pandemia y la reactivación económica, y JxC, que eligió un discurso crítico hacia el manejo sanitario de la pandemia, mientras contenía puertas adentro la puja ascendente por el liderazgo del espacio.

De hecho, en el cierre de campaña porteño, el ex presidente Mauricio Macri ocupó una butaca lateral y sólo subió al escenario al final del acto, pero no fue parte de la larga lista de oradores, entre los que sí estuvo la titular del PRO, Patricia Bullrich, representante del ala más dura de la alianza opositora.

Foto: Juan José García

Con todo, en su discurso, la ex gobernadora de Buenos Aires y ahora precandidata porteña, María Eugenia Vidal, reivindicó la gestión de Cambiemos liderada por Macri, que tampoco participó de la última actividad de campaña en la provincia de Buenos Aires.

«Marcamos un rumbo en lo que creímos y el rumbo era correcto», dijo Vidal en el acto, donde tanto Bullrich como el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, parecieron acusar recibo del crecimiento en la escena política de los libertarios Javier Milei y José Luis Espert, quienes disputan parte del electorado de JxC.

En cambio, todos los mensajes del oficialismo coincidieron en contraponer el «futuro», que representa la gestión de un Gobierno que 99 días después de asumir -como señaló el Presidente- debió redireccionar sus políticas hacia la contención de la pandemia y a revertir las marcas del «pasado» de la gestión de Cambiemos, como, entre otros indicadores, la deuda adquirida con el FMI de 44 mil millones de dólares, la más grande en la historia de la Argentina.

«Hay dos modelos de país: uno que piensa en ustedes y otro que piensa en ellos. Por favor, voten por ustedes, por el pueblo, por los argentinos, por los enfermeros, por las maestras y por cada trabajador», exclamó el Presidente el miércoles último durante el cierre de la campaña bonaerense del FdT.

El jueves pasado, también, en un acto final antes de las Paso, Fernández y Cristina Kirchner hicieron una fuerte defensa de la «dignidad del trabajo» y de su valor como «inversión social», a la vez que pidieron «dejar de confrontar en la necedad» y discutir la «construcción» de la Argentina en la pospandemia.

«El trabajo es lo que más dignifica, cómo no íbamos a cuidar el trabajo, el trabajo se asocia al capital, es una inversión social, no es un costo», advirtió el Presidente y contrastó así la posición del FdT con la de JxC, que anunció, con Rodríguez Larreta como vocero, una propuesta para eliminar las indemnizaciones por despidos laborales.

De igual manera, Cristina recordó el esfuerzo económico del Gobierno durante la pandemia, con la aplicación de los ATP para garantizar que no hubiera despidos en el tiempo en que los ciudadanos tenían restringidas sus actividades e ironizó: «Si querés eliminar las indemnizaciones para que los empresarios ganen más, decilo; hay que debatir en serio».

El desafío del Frente de Todos (FdT) pasa por encaminarse a engrosar su bloque en la Cámara de Diputados (pone en juego 52 del total de 120) para tener quórum propio y, así, la potestad de habilitar los debates de temas estratégicos para el Gobierno en el recinto, sin depender del apoyo de bancadas provinciales aliadas.

Diputados renovará en diciembre 127 bancas (de las 257 totales), de las cuales el 48% pertenece a JxC, (arriesga 60 escaños); el 41% al FdT y los bloques intermedios arriesgan 15 lugares.

La competencia por las plazas del Senado, en tanto, estará marcada por la aspiración del oficialismo a retener el quórum propio en el recambio de las plazas que se juegan este año, las de Corrientes, Santa Fe, Córdoba, Chubut, Mendoza, La Pampa, Catamarca y Tucumán.

En cambio, para mantener su actual presencia parlamentaria, JxC debe repetir en noviembre los números de la elección de 2017, favorables para el entonces macrismo y motorizados por triunfos en Capital Federal y en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Mendoza y Córdoba, con peso electoral gravitante.

La coalición de PRO, UCR, Coalición Cívica y Frente Cívico y Social catamarqueño, que en la Cámara baja encabeza el radical Mario Negri, pone en juego en estas elecciones legislativas 60 de sus 115 bancas.

En el Senado, en tanto, JxC procurará ganar terreno en una Cámara hasta ahora dominada por el oficialismo y el interbloque dirigido por Luis Naidenoff apostará a renovar nueve bancas, incluida la del fallecido aliado Carlos Reutemann.

Además de lo que ocurra en la provincia de Buenos Aires, será clave para el reparto de espacios en noviembre cómo votarán los casi 3 millones de cordobeses, los 2,7 millones de santafesinos y los 2,5 millones de porteños, que en conjunto superan la mitad del total de electores del país.

Por primera vez con un protocolo sanitario, que incluye medidas de prevención y organizativas e incorpora la figura de 17 mil facilitadores sanitarios, se dispusieron 101.457 mesas para sufragar en todo el país, a partir de la decisión de la Cámara Nacional Electoral (CNE) de aumentar el número de centros de votación, con la idea de evitar aglomeración de personas.